La Psicología Gnóstica, es conocida también con los siguientes nombres: Psicología Esotérica, Psicología Revolucionaria o Psicología del Despertar. Es muy distinta a lo que actualmente se conoce como Psicología. Desde sus orígenes y la interpretación de la etimología de la palabra, surge un enfoque y objeto de estudio distinto.
La primera diferencia entre la Psicología Gnóstica y las formas convencionales de Psicología se refiere al origen y las fuentes de esta ciencia. Desde el punto de vista de la Gnosis, la Psicología no es una ciencia nueva. Al contrario, es una ciencia muy antigua. A este respecto, nos permitimos citar a Piotr Demiánovich Ouspensky, el gran iniciado ruso, discípulo de G. I. Gurdjieff, quien en la primera de sus: “Conferencias Psicológicas”, dictadas en Londres a partir de 1921 y escritas en 1934, explica lo siguiente: Para comprender cómo se puede definir la Psicología es necesario darse cuenta de que la Psicología nunca ha existido bajo su propio nombre, excepto en tiempos modernos. Por una u otra razón siempre se ha sospechado de tendencias equivocadas o subversivas de la Psicología, ya sean religiosas, políticas o morales, y por lo tanto ha tenido que usar diferentes disfraces. Por miles de años la Psicología existió bajo el nombre de filosofa.
En la India todas las formas de Yoga, que son esencialmente psicología, se describen como uno de los seis sistemas de filosofía. Las enseñanzas sufíes, que ante todo son psicológicas, se consideran en parte religiosas y en parte metafísicas. En Europa, hasta no hace mucho tiempo, en las últimas décadas del siglo diecinueve, muchos trabajos sobre psicología eran considerados como filosofa. Y a pesar de que casi todas las subdivisiones de la filosofía, tales como la lógica, la teoría del conocimiento, la ética, la estética, se referían al trabajo de la mente humana o de los sentidos, la psicología era considerada como inferior a la filosofía y como relacionada sólo con los lados más bajos o más triviales de la naturaleza humana. Paralelamente a su existencia bajo el nombre de filosofía, la psicología existió aún por más tiempo conectada con una u otra religión. Esto no quiere decir que la religión y la psicología alguna vez fueron una y la misma cosa, ni que la conexión entre religión y psicología fuera reconocida.
Esa interrelación entre diferentes expresiones de la cultura mística y esotérica de todos los tiempos con la Psicología, la encuentra también Elaine Pagels, distinguida profesora de historia del cristianismo primitivo en la Universidad de Princeton, graduada de Stanford y con un doctorado de Harvard. En el capítulo titulado: “Gnosis, el conocimiento de sí mismo como conocimiento de Dios”, de su libro: “Los Evangelios gnósticos”, en las páginas 174 y 175 de la edición en español publicada por Editorial Crítica, Pagels afirma lo siguiente: Así pues, muchos gnósticos hubiesen estado de acuerdo en principio, con Ludwing Feuerbach, el psicólogo del siglo XIX en que “la teología es en realidad antropología (el término, huelga decirlo, se deriva de anthropos y significa <
Profundizando un poco más en el tema de los orígenes de la Psicología Gnóstica, Samael Aun Weor, Presidente fundador de las instituciones gnósticas de la época actual, afirma en el capítulo titulado precisamente: «Psicología Revolucionaria» de su obra: «Educación Fundamental«, que: La Psicología es una ciencia antiquísima que tiene su origen en las viejas escuelas de los misterios arcaicos. Más adelante, Samael Aun Weor, explica en la obra citada que: En las antiguas escuelas de misterios de Grecia, Egipto, Roma, India, Persia, México, Perú, Asiria, Caldea, etc., etc., etc., la Psicología siempre estuvo ligada a la Filosofía, al Arte objetivo Real, a la Ciencia y a la Religión. De ahí que en la Gnosis, todas las ciencias y artes, se integren, y al estudiar Psicología, resulte también conveniente el estudio de la Antropología Gnóstica
El Avatara de Acuario Samael Aun Weor, continúa diciendo: En los antiguos tiempos la Psicología se ocultaba inteligentemente entre las formas graciosas de las danzas sagradas, o entre el enigma de los extraños jeroglíficos o las bellas esculturas, o en la poesía, o en la tragedia y hasta en la música deliciosa de los templos. Antes de que la Ciencia, la Filosofía, el Arte y la Religión se separaran para vivir independientemente, la Psicología reinó soberana en todas las antiquísimas escuelas de misterios.
Investigaciones de fondo en el terreno del Gnosticismo nos permite hallar esa maravillosa compilación de diversos autores gnósticos que viene de los primeros tiempos del Cristianismo y que se conoce bajo el título de Philokalia, usada todavía en nuestros días en la Iglesia Oriental, especialmente para instrucción de los monjes. Fuera de toda duda y sin el más mínimo temor a caer en engaños, podemos afirmar enfáticamente que la Philokalia es esencialmente pura Psicología experimental.
En forma similar, Stephan A. Hoeller en el capítulo titulado «Jung y el Gnosticismo», de su libro «Jung Gnóstico«, página 56, obra publicada por Editorial Sirio, afirma lo siguiente: En términos de psicología jungiana, podríamos decir que los gnósticos utilizaron un lenguaje poético y mitológico para expresar experiencias en el proceso de individuación. Al hacerlo, sacaron a luz un abundante material de la mayor relevancia, que contenía una penetrante comprensión de la estructura de la psique, del contenido del inconsciente colectivo y de la dinámica del proceso de individuación.
Es importante resaltar que el gran médico y psiquiatra suizo, fundador de la Psicología analítica fue un dedicado estudioso de la Gnosis y como apunta Stephan A. Hoeller en la página 51 de la obra citada: Desde el comienzo de su carrera psicoanalítica hasta el momento de su muerte, Jung mantuvo un vivo interés hacia los gnósticos. En la página 55, afirma lo siguiente: Jung reconoció a los gnósticos justamente por lo que habían sido, profetas que sacaron a la luz las creaciones primigenias y originales del misterio que él llamó lo inconsciente.
Para obtener una mejor comprensión de lo que es Gnosis, su relación con el significado de la palabra Psicología y su objeto de estudio, hemos elegido, del Diccionario de la Real Academia Española o Drae, las siguientes acepciones. (De psico– y –logía). 1. f. Parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades y operaciones. 2. f. Todo aquello que atañe al espíritu. 3. f. Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales.
En enciclopedias y manuales de Psicología, se explica que la etimología de la palabra Psicología es: («psico», del griego ψυχή, alma y «logía», –λογία, tratado o estudio). Y aquí surge otra gran discrepancia entre la Psicología Gnóstica y cualquier sistema de Psicología contemporánea, ya que la mayoría de escuelas de Psicología niegan la existencia del alma. Por otro lado, el alma, es aceptada como un dogma irrenunciable en todas las formas religiosas del cristianismo y muchas otras religiones.
El Gnosticismo universal, desde los tiempos antiguos plantea una posición intermedia al respecto. Los tratados gnósticos, tanto de la antigüedad, como de actualidad, así como los grandes maestros gnósticos de todos los tiempos, plantean que el Alma existe, pero que solo la poseen seres humanos auténticos. A la luz de la Gnosis, se entiende que mujeres y hombres verdaderos, son seres iluminados, santos, iniciados de misterios mayores, maestros espirituales, personas con conciencia despierta, individuos auténticos que han eliminado los elementos subjetivos de las percepciones y han alcanzado el Nacimiento Segundo o nacimiento espiritual
Ejemplos de seres humanos de verdad: Jesucristo y sus 12 apóstoles, María Magdalena y demás iniciadas discípulas del gran maestro Jesús de Nazaret. Muchos santos del cristianismo, como san Agustín o San Francisco de Asís. Pero también, los hombres dioses de las civilizaciones antiguas: los hombres de maíz del Popol Wuj, Quetzalcoatl, Budha, Krishna, Moisés, entre otros. También grandes iniciadas reconocidas en la historia del esoterismo, como la gran mártir del siglo XIX, Helena Petronila Blavatsky (HPB), maestros como Moria, Kout Humi, o el Conde de San Germain y muchos más.
De acuerdo con los estudios gnósticos, la mayor parte de la humanidad actual, somos seres humanos incompletos y no poseemos Alma. Eso sí: poseemos el material psíquico básico, fundamental, para fabricar eso que se llama Alma. Esa materia prima es conocida en las tradiciones gnósticas, como la Esencia maravillosa, el Budhata o fracción de alma.
La afirmación de que entre la humanidad, pocas personas se distinguen como mujeres y hombres auténticos, no es nueva. Se ha planteado siempre a lo largo de los siglos por diferentes profetas, iniciados, místicos e incluso filósofos. Es muy conocida la historia del recorrido que hiciera por Atenas, el filósofo griego Diógenes de Sínope (siglos V y IV a. C.), con una lámpara en la mano, buscando en vano a un hombre. Los mayas hablaban del Halach Uinic, el hombre verdadero. En el nuevo testamento, precisamente en el Capítulo 3 del Evangelio de Juan, se encuentra el diálogo entre Jesús y Nicodemo. Relativo al Nacimiento segundo. El mismo Juan en su primera epístola explica ampliamente las características de los auténticos hijos de Dios.
La humanidad actual es un aglomerado de seres aún no completos, seres sin Alma, desalmados. Por este motivo la humanidad es imperfecta. Ahí se encuentra la explicación de las guerras, la barbarie humana, la impunidad, el asesinato, el genocidio, la mentira, la traición, la crueldad, la codicia, el orgullo, el ansia de poder, la desmedida necesidad de acumulación de riquezas, el negativo impacto ambiental de los actos humanos, la degeneración sexual y muchas manifestaciones inconcebibles para seres humanos auténticos o verdaderos hijos de Dios.
Desde la perspectiva de la sabiduría gnóstica, el ser humano sin alma, es decir, la gran mayoría de hombres y mujeres que poblamos la Tierra, somos definidos como humanoides, animales intelectuales o máquinas humanas. Somos los “bípedos destructores de los bienes de la Naturaleza”, según Gurdjieff, los muertos vivientes de las sagradas escrituras. “Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos”. (Mr 12:26-27). “deja que los muertos entierren a los muertos”(Mt 8:22).
De acuerdo con la Psicología Gnóstica, los animales intelectuales o seres humanos sin Alma, nos encontramos con la conciencia dormida. A este respecto, resulta necesario comprender la íntima relación entre la conciencia y la Gnosis. El material psíquico, nuestra Esencia, está atrapada, encarcelada, “embotellada” por los elementos subjetivos de las percepciones. Esos elementos subjetivos, constituyen la causa de los errores humanos, del fracaso espiritual de la humanidad. A estos, comúnmente, se les denomina: defectos de carácter o pecados y han sido alegorizados de múltiples maneras en la tradición esotérica. En términos de la Psicología Gnóstica, constituyen el Ego, el yo, el mí mismo.
Para el estudiante de Psicología Gnóstica, la Esencia y el Ego son totalmente distintos. La Esencia o conjunto de virtudes, es la sumatoria de valores positivos que poseemos en forma innata. Son valores innatos, el amor, la sabiduría, la voluntad. El Ego es la sumatoria de valores negativos. El Ego es múltiple, de ahí que en la Gnosis, se hable del yo pluralizado o yo psicológico. Los yoes son agregados psicológicos, entidades energéticas sutiles. Del Nuevo Testamento, es muy conocido el encuentro de Jesús con los endemoniados gadarenos. “Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamó; porque somos muchos” (Mr 5:9). El yo pluralizado es una verdadera legión de demonios en nuestra psiquis.
El trabajo que propone la Psicología Gnóstica se orienta, entre otros, al desarrollo de la Esencia y a la eliminación del Ego. Este trabajo psicológico constituye un elemento fundamental para fabricar eso que se llama Alma.
La Psicología Gnóstica explica profundamente lo concerniente al sueño de la conciencia. Desde el punto de vista de la Gnosis, la mayoría de los actos humanos, son inconscientes porque la conciencia está dormida en las máquinas humanas. El humanoide está dormido y el esfuerzo por despertar constituye un objetivo crucial en el trabajo esotérico gnóstico. En todos los libros sagrados y tradiciones antiguas de la humanidad, se enfatiza en que la humanidad está dormida y en la necesidad del despertar de la conciencia. Desafortunadamente, en forma pública, no se da la fórmula para ese despertar. La didáctica del despertar de la conciencia se encuentra en la Psicología Gnóstica.
En el Nuevo Testamento, se encuentra el pasaje del huerto de Getsemaní. En esa lectura se habla claramente del sueño de la conciencia y la necesidad del despertarla, pero las gentes no lo entienden. “Entonces Jesús les dijo : mi Alma está muy triste, hasta la muerte; quédense aquí, y velen conmigo” (Mt 26:38). Más adelante se lee: “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no has podido velar conmigo una hora?” (Mt 26:40). Unos versículos después, aparece el siguiente texto: “Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño” (Mt 26:43).
Los ojos cargados de sueño los tienen las personas con la conciencia dormida, son las expresiones de los ojos que tienen los dormidos, en especial, cuando están solos o cuando viajan en un autobús u otro medio de transporte y no van haciendo nada, solo soñar. Son los ojos de zombies, de los muertos vivientes en quienes la conciencia se encuentra ausente del aquí y del ahora. La conciencia de los dormidos se encuentra a cada instante en el pasado o en el futuro y fuera del cuerpo físico, aún si el cuerpo físico está activo. En caso de duda de lo que significan los ojos cargados de sueño, compare los ojos de cualquier persona adulta con los de un niño o niña menor de 7 o 5 años. Niños y niñas muy pequeños se encuentran despiertos.
“Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño, mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él”. (Lc 9:32). La parábola del siervo vigilante es muy elocuente respecto de la diferencia entre una persona dormida y quien se encuentra despierto. “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor , cuando venga, halle velando”. (Lc 12:37).
La mayoría de personas al referirse al despertar, piensan en algo metafórico, en un cuento infantil, y le restan importancia. Anthony de Mello escribió muchas páginas acerca del sueño de la conciencia y la didáctica para el despertar. Sin embargo, la humanidad no lo entendió. A lo más que se acercan sus lectores, es a comentar lo lindo que escribía. Baste al lector consultar el ejercicio titulado: “Sensación del cuerpo” del capítulo: “Sadhana, un camino de oración”, de los Escritos Esenciales del padre De Mello. “Para tener éxito en la vida de oración es decisivo desarrollar la capacidad de entrar en contacto con el presente y de permanecer en él. Y el mejor método que yo conozco para permanecer anclado en el presente es salir de la cabeza y volver a los sentidos”. (página 35 de la versión publicada por Editorial Sal Terrae).
Ouspensky cuenta una experiencia extraordinaria cuando “ve a los dormidos”, en el capítulo XIII de su monumental obra: “Fragmentos de una Enseñanza Desconocida: caminaba por la calle Troitsky; de repente vi que el hombre que venía hacia mí estaba dormido. No podía haber la menor duda. Aunque sus ojos estaban abiertos, andaba manifiestamente sumergido en sus sueños, que le corrían por la cara como nubes. Me sorprendí pensando que si pudiera mirarlo durante bastante tiempo, vería sus sueños, es decir, comprendería lo que él veía en sus sueños. Mas el hombre pasó. Después vino otro, igualmente dormido. Un cochero dormido pasó con dos clientes dormidos. Y de repente me vi en la situación del príncipe de la “Bella Durmiente”. Todo el mundo a mí alrededor estaba dormido. Era una sensación precisa que no dejaba lugar a duda alguna. Entonces comprendí que podemos ver, ver con nuestros ojos, todo un mundo que no vemos habitualmente. (Tomado de la página 348 de la edición publicada por Hachette, Argentina, 1975).
En la página 176 de la obra que citamos de Elaine Pagel, la autora explica lo siguiente: El movimiento gnóstico, compartió ciertas afinidades con los métodos contemporáneos de exploración del ser a través de técnicas psicoterapeutas. Tanto el gnosticismo como la psicoterapia valoran sobre todo el conocimiento, el autoconocimiento que es percepción íntima. Coinciden en que, careciendo de él, la persona experimenta la sensación de ser movida por impulsos que no entiende. Esos impulsos inexplicables para la Psicología convencional vienen del ego, del yo pluralizado.
El inconsciente de Jung, se explica en la Psicología Gnóstica por el encarcelamiento de la Esencia a causa del Ego o yo psicológico. Debido a que la Esencia está embotellada entre el Ego, la conciencia se encuentra dormida. Este es el sueño de la conciencia. Por esta causa, los actos humanos son inconscientes La conciencia es el grado de auto conocimiento que tiene la Esencia. Así surge otro componente del trabajo psicológico gnóstico: convertir el inconsciente en consciente. Este es el trabajo del despertar de la conciencia. El trabajo del despertar de la conciencia va paralelo al conocimiento de sí mismo, a la auto gnosis. En una de sus acepciones,Gnosis es el conocimiento de uno mismo, el conocimiento del propio Ser. Dicho conocimiento es resultado de esfuerzos conscientes, de la experiencia mística directa y de un tipo de conocimiento distinto a la razón. Tipo de conocimiento asociado a la imaginación, la inspiración y la intuición.
La Psicología Gnóstica, estudia profundamente los distintos tipos de personalidad, los diferentes estados y grados de la conciencia, las causas del sueño de la misma y los recursos que tiene a la disposición la Esencia para el despertar: el desarrollo de la fuerza de atención, el recuerdo de sí, la auto observación, entre otros. El trabajo psicológico gnóstico incluye además el estudio de las funciones psicofisiológicas: intelecto, emoción, movimiento, instinto y sexo.
Ahondando un poco más en el origen, significado y objeto de estudio de la Psicología, Ouspensky, en la obra citada afirma que todos los sistemas de Psicología científica contemporánea estudian al ser humano: tal como ellos lo encuentran, o tal como ellos suponen o lo imaginan ser. Samael Aun Weor, nos explica que la Psicología Gnóstica pertenece a las distintas doctrinas que estudian al ser humano: desde el punto de vista de la Revolución de la Conciencia. estas últimas son en verdad las doctrinas originales, las más antiguas, sólo ellas nos permiten conocer los orígenes vivientes de la Psicología y su profunda significación.
José Jesús Leal, en su obra: Psicología del Despertar, afirma que esta: “tiene como objetivo destruir los elementos que constituyen la conciencia falsa, para dejar dentro de nosotros mismos la verdadera conciencia que es una para todos los seres humanos que han despertado radicalmente”. Más adelante explica que: La Psicología es un conocimiento que hasta ahora no ha sido explicado realmente. Inclusive los grandes tratadistas modernos tienen un concepto equivocado del método que sigue dicho estudio. Unos suponen que el estudio psicológico puede lograrse mediante la aplicación de los métodos deductivos-inductivos, prácticos, históricos y que así puede obtenerse un conocimiento real de ella mediante la observación o percepción de los sentidos externos.
En la Psicología Gnóstica se dice que el método seguido por la Psicología contemporánea no es exacto porque la manifestación del Ser en las diferentes regiones ontológicas, no es aprehendido por percepciones externas”. Leal, continúa diciendo que “la Psicología Trascendental puede definirse como el descubrimiento real y definitivo de todos los elementos afines a la conciencia, complementado con la destrucción de los elementos subjetivos que personifican nuestros errores. Este trabajo psicológico constituye una parte fundamental de lo que en la Psicología Gnóstica se denomina: Revolución de la Conciencia. Por este motivo, Samael Aun Weor, cierra el capítulo que hemos citado en su obra Educación Fundamental, con las siguientes palabras: Cuando todos nosotros hayamos comprendido en forma íntegra y en todos los niveles de la mente, cuan importante es el estudio del hombre desde el nuevo punto de vista de la Revolución de la Conciencia, entenderemos entonces que la Psicología es el estudio de los principios, leyes y hechos íntimamente relacionados con la transformación radical y definitiva del individuo.
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