El Ens seminis y la energía creadora

En los estudios gnósticos, la valoración de las fuerzas creadoras en el ser humano, tiene una importancia superlativa. Para el Gnosticismo Universal, hay varios aspectos del trabajo esotérico que deben realizarse simultáneamente. Todos son sumamente importantes para el desarrollo interior de la máquina humana. El gran propósito de este trabajo simultaneo es el desarrollo armonioso de todas las infinitas posibilidades humanas, es decir, la Auto Realización Íntima del Ser.

Factores fundamentales para lograr la Auto Realización íntima son: el Nacimiento espiritual y la eliminación de los elementos indeseables de la conducta, así como el Sacrificio por la humanidad. Adicionalmente, el gnóstico sincero debe comprender la necesidad urgente e impostergable de desarrollar su Esencia, despertar conciencia y adquirir un conocimiento superior: la divina Gnosis. Este trabajo es de tipo superior y se denomina: la Gran Obra.

Para el logro de este caro propósito se requiere de una adecuada valoración de la energía, aprender a absorberla, conservarla, incrementarla y transformarla. Desde los primeros grados de estudio, las escuelas gnósticas en Guatemala y en el mundo, ofrecen procedimientos, métodos y sistemas para que el estudiante gnóstico aproveche energías cósmicas e internas que le otorguen la fuerza suficiente para realizar la Gran Obra.

Muchas energías al alcance del estudiante han sido generalmente desconocidas para la mayoría de personas, incluso para la ciencia y la religión convencionales. Sus atributos y forma de asimilarlas, han sido mantenidas en secreto durante siglos por diferentes escuelas esotéricas.

Las oraciones y rituales de muchas religiones mueven fuerzas desconocidas para la ciencia oficial. El Kalki Avatara de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, explica en el capítulo XII de su libro: «El Matrimonio Perfecto», que los rituales son más poderosos que la dinamita y que manejan fuerzas nucleares.

Entre las diferentes formas de la energía necesarias para trabajar en la Gran Obra, destaca la Energía creadora escondida en las fuerzas sexuales, en el Ens seminis o esperma sagrado y en los estrógenos.

La Antropología Gnóstica explica que el conocimiento del poder escondido en el Ens seminis, constituyó en la antigüedad un secreto indecible y que solo se transmitía públicamente por medio de alegorías y diferentes simbolismos.

En las grandes civilizaciones agrícolas de la antigüedad: la civilización del arroz en el extremo Oriente, la civilización del trigo en los alrededores del mar Mediterráneo y la civilización del maíz en Mesoamérica, los granos de arroz, de trigo o de maíz tienen el mismo significado esotérico. Por eso el pan de trigo consagrado es el cuerpo de Cristo y por la misma razón, los cuatro hombres de maíz son el resultado de la preparación de 9 bebidas a base de maíz blanco y amarillo.

Detrás de las enseñanzas, rituales y tradiciones de todas las antiguas religiones, se oculta un profundo simbolismo que es importante aprender a desentrañar. Gran parte de la simbología religiosa se relaciona con las fuerzas sexuales. Entre esos símbolos universales se halla la piedra. En los cultos de las civilizaciones ancestrales aparece siempre la piedra.

Los mayas adoran a la piedra obsidiana o piedra del chay y los musulmanes rinden culto a la piedra de la Caba. Los alquimistas buscan la piedra filosofal y en el cristianismo, el apóstol Simón se convierte en Pedro. “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia” (Mt 7:18). Por la misma razón, el dios Mitra de los persas, nace de una piedra.

Por eso en el Nuevo Testamento hay muchas referencias a la piedra. En el capítulo 7 de Mateo, se encuentra la parábola de los dos cimientos y el llamado a construir sobre la piedra. En dicho Evangelio se encuentra también las siguientes palabras. “¿Nunca leyeron en las Escrituras: la piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo” (Mt 21:42). En el esoterismo gnóstico, se explica que el Evangelio de Pedro es el Evangelio del Sexo.

Las aguas espermáticas constituyen ese vidrio líquido, flexible y maleable de los alquimistas medievales. Son las aguas de la vida de las que habla Jesús en el diálogo con la mujer samaritana en el capítulo IV del Evangelio de Juan.

El caduceo de la diosa Iris y del dios Mercurio en los misterios griegos, tiene el mismo significado que los dos testigos del Apocalipsis de San Juan: El Caduceo y los dos testigos son dos cordones semi etéricos, semi físicos que en Oriente se conocen como Idá y Pingalá. El Budha Maitreya, Samael Aun Weor, explica en el capítulo II del «Libro Amarillo», lo siguiente: Los dos testigos se enroscan en la espina dorsal formando el santo ocho. Los dos testigos, enroscándose en la espina dorsal, forman el caduceo de Mercurio (…) Por ese par de cordones simpáticos ascienden hasta el cerebro, los átomos solares y lunares de nuestro sistema seminal.

El elemento químico mercurio tiene un significado profundo en la Alquimia y en diferentes formas, representa las distintas transformaciones del Ens seminis. En la antigüedad, muchas civilizaciones en los cuatro puntos cardinales del planeta, usaron diferentes compuestos del mercurio en rituales y ceremonias sagradas. El cinabrio rojo fue empleado para decorar tumbas y sarcófagos de altos dignatarios.

El V.M. Samael Aun Weor explica en el capítulo titulado: Dos Rituales de su obra «El Matrimonio Perfecto» que: las fuerzas sexuales se hallan íntimamente relacionadas con los cuatro elementos de la Naturaleza”. Más adelante, explica el Presidente fundador de las instituciones gnósticas, que: “La fuerza sexual es como la electricidad. Se halla difundida por todas partes. Es una fuerza que reside en los electrones. Esa fuerza fluye en el núcleo de cada átomo, y en el centro de cada nebulosa. Sin esa fuerza no existirían los mundos del espacio infinito. Esa es la energía creadora del Tercer Logos.

La Química oculta o Alquimia enseña que el Ens seminis es producto de distintos procesos evolutivos ocurridos a partir de la transformación de tres clases de alimentos: el alimento físico, el aire y las impresiones. El esperma sagrado es el producto más elaborado y de mejor calidad que se obtiene en la fabrica humana a partir de esos tres tipos de alimento.

El alimento físico se procesa de acuerdo con la ley de octava y pasa por siete transformaciones conforme a la escala musical, hasta la fabricación del Ens seminis. En el transcurso de la digestión del alimento físico, interviene el aire que contribuye a la transformación de los alimentos y enriquece el producto de la fábrica humana. Si se quiere un producto químico de mejor calidad, es imprescindible que la fábrica humana reciba un tercer tipo de alimento: las impresiones y que aprenda a transformarlas. La Psicología Gnóstica explica que de los tres alimentos, el más importante es el de las impresiones.

El Ens seminis, como cualquier manifestación cósmica o fenómeno natural, está sometido a las leyes de Evolución e Involución y, empleado sabiamente, puede pasar por extraordinarias revoluciones o transmutaciones alquímicas. Aclarando estos procesos transformativos del Ens seminis, el Avatara de Acuario, explica en el capítulo II de su «Mensaje de Navidad 1964-1965», lo siguiente: En el esperma hay evoluciones formidables y tremendas involuciones. El solo trabajo natural de formación del esperma es evolutivo; El último resultado de todo lo que comemos y bebemos, es el esperma.

Es también necesario saber que las evoluciones del esperma están sometidas a la fundamental ley cósmica sagrada, de Heptaparaparshinokh, que es la ley del Santo Siete, la septenaria ley. Cuando el Ens-Seminis o esperma completa sus evoluciones septenarias, debe recibir un impulso desde el exterior y ser transmutado (…), porque de lo contrario entra de lleno en el proceso de la involución o retroceso”.

Una vez completado su proceso evolutivo, el Ens seminis, entra en involución. La involución del Ens seminis deviene cuando el ser humano desperdicia, pierde o bota su esperma sagrado. También cuando lo acumula mediante la abstención sexual o celibato sin someterlo a un proceso de transformación superior.

El mercurio de los sabios, puede ser transformado mediante la transmutación alquimica. Este es el símbolo alquimista de la transmutación del plomo en oro y de la transformación de las aguas de la vida en el vino de luz del alquimista en las bodas de Caná, como está descrito en el capítulo II del Evangelio de Juan.

Durante miles de años, el poder que encierra la energía creadora permaneció en secreto por los iniciados aunque algunos profanos lo sospechaban. Así el V. M. Samael explica en el Mensaje de Navidad ya citado lo siguiente: Los viejos sacerdotes cuentan que de toda la primitiva sabiduría relacionada con el Ens-Seminis, solo quedó la tradición que afirmaba categóricamente la posibilidad de auto realizarse íntimamente con el exioehary, semen o esperma.

Ciertas informaciones fragmentarias aquí y allá dispersas por distintos lugares, no indicaban los métodos para operar con el Ens-Seminis y los primitivos Arios descendientes de la Atlántida cansados de tantas guerras comenzaron a indagar buscando el esoterismo del Ens-Seminis.

Los anhelantes buscadores de la luz sabían muy bien por las tradiciones que con el Ens-Seminis se logra la autoperfección individual, pero desconocían la clave (…) y sufrían buscándola, más no la encontraban. Realmente solo los viejos hierofantes egipcios, Indostaníes, etc., descendientes de la antigua sociedad Atlante llamada Akhaldan, poseían toda la ciencia Tántrica completa con la clave secreta.

El oculto significado de la transmutación alquímica, era hasta hace pocos años un misterio. Fue el Gran Arcano de los esoteristas. En pleno siglo XX, en la década de 1940, cuando Samael Aun Weor, empezó a divulgar estas enseñanzas, fue considerado pornográfico por unos y por otros como un vulgarizador de la doctrina. Todavía, hace pocas décadas, el desperdicio de las energías creadoras y la fornicación incesante, era considerado por el mundo como algo natural y de lo más normal.

Sin embargo, en los últimos años han aparecido múltiples publicaciones relativas al tema. Desde revistas populares como «Buen Hogar», hasta revistas de contenido más serio y científico, como «Muy Interesante», han publicado artículos que se refieren a la posibilidad de aprender a no fornicar y al aprovechamiento adecuado del Ens seminis.

Entre las múltiples publicaciones de las últimas décadas acerca del tema, el doctor Reinaldo Massoni, quien es médico, sexólogo y psicoanalista, en su obra: ”El Sexo la energía fundamental de la vida”, publicado por Editorial Aguilar sostiene que es posible practicar el coite sin eyaculación. Este autor afirma que se puede llegar al orgasmo sin eyaculación y los denomina: orgasmos implosivos. En el capítulo VII, página 148 de la obra citada afirma que: Hay otros orgasmos en los que, por medio de técnicas muy especiales, la energía se eleva a centros mentales y allí se deposita, generando una expansión de la fuerza interior del ser humano. A estos se les llama orgasmos implosivos y con ellos el ser se conecta más consigo mismo.

En los estudios gnósticos se prefiere asociar todo tipo de orgasmo con la eyaculación o fornicación y por ende con la involución del Ens seminis. La sabiduría gnóstica enseña que los procesos revolucionarios del ens seminis asociados a la retención y transmutación del mercurio de los sabios conducen al éxtasis y a la iluminación.

. La Gnosis explica además que en el Ens seminis, se encuentra todo el Ens virtutis del fuego sagrado.

Las fuerzas sexuales pueden liberar o esclavizar. Se relacionan directamente con la reproducción de la especie, e incluso con la degeneración de la misma. Pero, también pueden asociarse con la regeneración humana. Las prácticas eróticas asociadas a la espiritualidad más profunda, existen desde tiempos inmemoriales y se esconden en obras monumentales como El Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento, el Ananga Ranga y el Kamasutra. En el taoísmo auténtico se habla del poder curativo que se obtiene de la combinación del Yin y el Yang en la sexualidad trascendente.

En las escuelas gnósticas se aprende el sabio aprovechamiento de la energía creadora y que el sexo es sagrado. Las personas solteras aprenden los ejercicios básicos. Los procedimientos de tipo superior para la transmutación del ens seminis están reservados para las parejas de hombres y mujeres legítimamente unidos en matrimonio.

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