Nosotros queremos abordar el estudio del Tarot y la Cábala con absoluta seriedad, tratando de buscar el camino secreto que conduce a la realización de nuestras infinitas posibilidades, a la Auto Realización Íntima del Ser. El Tarot y la Cábala señalan la ruta, la vía iniciática que el aspirante debe recorrer por sí mismo, contando para ello con la ayuda de ideas trascendentales y de fuerzas
superiores a la mente.
¿Cuáles son esas ideas arquetípicas o trascendentales que el Tarot y la Cábala plantean? Y ¿cómo podremos obtener el auxilio de las fuerzas superiores a la mente?
Eso es, precisamente, lo que nos proponemos conocer y estudiar a fondo con este Curso Esotérico; y si este objetivo se cumple, nos daremos por bien servidos y nuestros corazones se inflamaran gozosos con la alegría de vuestra dicha…
Para cambiar es necesario saber, para saber hay que aprender y para aprender hay que hacer grandes sacrificios Samael Aun Weor
El equilibrio entre el ser y el saber
El Alma que sabe algo se consume en el deseo de saber más. La que vislumbra a Dios se consume en el anhelo de llegar a él. Torah.
En su obra «Educación Fundamental», el Maestro Samael nos enseña que, cuando el ser se desarrolla más que el saber, no hay equilibrio, y esa persona, además de estar en la posibilidad de cometer graves errores por la falta de cultura intelectual, se convierte, además, en un “santo estúpido”.
Por otra parte, si se desarrolla más el saber que el ser, entonces se anquilosa y petrifica la mente con un cúmulo de teorías que, además de no dejar pasar la luz del Ser, nos convierte en astutos, perversos y orgullosos “bribones del intelecto”, dice él, con la predisposición a cometer gravísimos errores, por falta de ética revolucionaria, de una espiritualidad consciente. De nada sirve la sabiduría sin amor. Por eso señala: “es necesario estudiar mucho y adquirir conocimientos, pero es también urgente desarrollar en nosotros el ser espiritual”.
La predicción como necesidad natural
¿Qué es predecir y por qué se predice? Es anticipar, prever los resultados de un acto y anunciar sus consecuencias. Se predicen o pronostican muchas cosas en la vida:
“¡Sabes vencer Aníbal!”, le dijo al general cartaginés, su amigo Maharbal, cuando después de la victoria de Cannas decidió invernar en Capua en vez de sitiar a Roma. “Sabes vencer, pero no sabes sacar provecho de tus victorias”.
El tiempo, el movimiento de los astros, los flujos de las mareas, la abundancia de las cosechas, el curso de las enfermedades, la evolución de los acontecimientos, el éxito en los negocios, las consecuencias de lo que obramos, la utilidad del saber que adquirimos, en fin, los probables efectos de cuanto hacemos o dejamos de hacer.
Hay que saber prever los acontecimientos, advertir las probables derivaciones que tal acción pueda tener y en suma, mirar desde hoy lo que traerá mañana; no sólo es poseer el conocimiento que permite predecir los sucesos, sino prepararnos para confrontarlos.
Diferencia entre profecía, predicción y pronóstico
En la predicción se anticipa y se prevé los resultados de un acto anunciando sus consecuencias. Ya sea por medio de revelación, ciencia o conjetura. El pronóstico es la previsión de algo por medio de una progresión matemática de los datos con que se cuenta. En la profecía se predice sobre las cosas por venir, sean mediatas o inmediatas, en virtud del don de la profecía, el cual consiste en conocer por inspiración divina. Esta última tiene datos más amplios para realizar su progresión matemática y realizar su predicción, porque el que los percibe, los recibe, directamente, desde los mundos de causa y efecto.
El DRAE da dos definiciones para el concepto más serio de Cábala. Son las acepciones 2 y 3 del diccionario y que transcribimos a continuación: “en la tradición judía, sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento”. “Conjunto de doctrinas teosóficas basadas en la Sagrada Escritura, que, a través de un método esotérico de interpretación y transmitidas por vía de iniciación, pretendía revelar a los iniciados doctrinas ocultas acerca de Dios y del mundo”. Estas son las acepciones que mejor corresponden con el sentido que damos en los estudios gnósticos a la ciencia de la Cábala. Las otras tres acepciones no tienen nada que ver con esta ciencia esotérica.
En Wikipedia, se explica que el término Cábala o Qabbaláh, es de origen hebreo y “es una de las principales corrientes de la mística judía. La base estructural de este estudio consiste en el análisis del Árbol de la Vida. Entre los judíos, es la tradición oral que explica y fija el sentido de la Sagrada Escritura, y por tanto entiéndase por Cábala al conocimiento en cuanto a las cosas celestiales mediante el ejercicio del estudio y cumplimiento de preceptos y reglas superiores”.
Entre los significados de la palabra Cábala, para algunos, significa “recibir” o “aceptar” y para otros, significa: “clave”. Otras formas como, usualmente se escribe la palabra Cábala son: Cabalah, Cabbalah, Kábala, Kabalah y Kaballah.
Para muchos estudiosos, no esoteristas, la Cábala surge en el Medioevo, sin embargo, los grandes tratadistas de la Cábala Hermética, afirman que es mucho más antigua. El gran mago y ocultista francés: Alphonse Louis Constant, el abate Constant, más conocido como Eliphas Levi, en «El libro de los Sabios» anota que el origen de los misterios de la cábala se halla en el patriarca Abraham. Explica además que la “Torah, los profetas y el Talmud son ininteligibles sin la Cábala. Afirma además que los “libros sagrados son la propia Cábala escrita en jeroglíficos hieráticos, es decir, en imágenes alegóricas. La escritura es un libro cerrado sin la tradición que la explica y la tradición es la Cábala”.
Más adelante explica que: “La Biblia tiene un sentido oculto cuya ciencia tradicional se llama Cábala entre los hebreos. Esta ciencia era conocida por el apóstol San Juan y por los padres más sabios de la primitiva Iglesia”.
Asimismo, la gran escritora británica de ocultimo: Violet Mary Firth Evans, más conocida como Dion Fortune, en su obra: «La Cábala Mística«, profundiza en las razones por las cuales, los investigadores no esoteristas, creen equivocadamente que la Cabala surge en el Medievo: Sólo hacia el siglo XV, cuando el poder de la Iglesia comenzó a debilitarse, algunos se atrevieron a escribir algo sobre la sabiduría tradicional de Israel. Los eruditos declaran que la Cábala fue fraguada en la Edad Media, porque no pueden descubrir retrospectivamente la sucesión de la serie de manuscritos primitivos, pero todos los que conocen la manera de trabajar de las fraternidades esotéricas saben perfectamente que toda una cosmogonía o psicología puede ser transmitida por medio de algún jeroglífico que no signifique absolutamente nada a los no iniciados.
Estas antiquísimas cartas o imágenes podían ser transmitidas de: generación en generación, dándose la explicación necesaria solo verbalmente, de manera que la verdadera interpretación no se perdiera jamás. Cuando existía alguna duda en la aplicación de algún punto oscuro, se hacía referencia al jeroglífico sagrado, y al meditar sobre él se despertaba todo lo que la meditación de las generaciones anteriores había encerrado en él. Es muy sabido por Los místicos que si una persona medita en un símbolo con el cual hayan sido asociadas ciertas ideas en el pasado, obtendrá acceso a dichas ideas, aunque ese jeroglífico jamás le haya sido explicado por Los que han recibido la tradición de labios a oído.
Más adelante, Dion Fortune explica que varios de los profetas, como Isaías, Ezequiel y diferentes rabís de la edad media dieron muchas claves cabalísticas, pero que el autor de la Cábala fue el Arcángel Metratón.
Eliphas Levi, en el prefacio de «El libro de los Esplendores», explica que: “En efecto, los hebreos poseen una ciencia que San Pablo sospechaba sin conocerla, y San Juan iniciado por Jesús, ocultaba y revelaba a la vez con jeroglíficos gigantescos en el Apocalipsis, tomados en su mayoría de las profecías de Ezequiel. Existe, entre ellos, un libro místico y maravilloso que se llama El Zohar o Esplendor. Libro inmenso, más importante que el Talmud, que sólo es el desarrollo de una teogonía en algunas páginas, que se denomina SIPHRA DZENIUTTA”.
Con más propiedad, en el Prólogo de su: “Curso de Tarot y Kábala”, el Kalki Avatar, Samael Aun Weor, explica que: La Cábala se pierde en la noche de los siglos, ahí donde el Universo se gestó en el vientre de Maha Kundalini, la Gran Madre. La Cábala es la ciencia de los números. El autor del Tarot fue el Ángel Metratón. Es el jefe de la sabiduría de la culebra y fue el profeta Enoch, del que nos habla la Biblia. El Ángel Metratón o Enoch nos dejó el Tarot en el cual se encierra toda la sabiduría divina, éste quedó escrito en piedra. También nos dejó las 22 letras del alfabeto hebraico. Este gran Maestro vive en los mundos superiores, en el mundo de Aziluth, en un mundo de felicidad inconcebible, según la Cábala en la región de Kether, un Sephirote bastante elevado. Todos los cabalistas se fundamentan en el Tarot, es necesario conocerlo y estudiarlo a fondo. El Universo está hecho con la Ley del Número, Medida y Peso; las Matemáticas forman el Universo, los números vienen a ser entidades vivientes.
Objeto de estudio
Dion Fortune en el primer capítulo de la obra citada, establece una relación entre el Yoga y la Cábala, hace un bello recorrido por las fuentes del esoterismo occidental y explica que: esta antigua tradición mística de Los hebreos poseía tres escrituras: los Libros de la Ley y Los Profetas, que se conocen como el Antiguo Testamento; el Talmud, o colección de comentarios eruditos sobre aquél y la Cábala, o interpretación mística del mismo. De estos tres libros, Los antiguos rabís decían que el primero era el cuerpo de la tradición, el segundo su alma racional y el tercero su espíritu inmortal. Las personas ignorantes pueden leer con provecho el primero y Los eruditos pueden estudiar el segundo, pero los sabios son Los que meditan sobre el tercero. Es realmente muy extraño que el Cristianismo no haya buscado Las claves del Antiguo Testamento en la Cábala.
La Cábala es una ciencia esotérica que busca el significado del mundo y la verdad. Algunos estudiosos afirman que “concentra la atención del misticismo judío hacia la naturaleza de la divinidad, la creación, los comienzos del alma y el destino, y el lugar del hombre en este mundo”. Es una ciencia de predicción y de interpretación de verdades cósmicas, de símbolos o claves desarrolladas por el Circulo Consciente de la Humanidad, como también por las partes superiores del Ser. El método del conocimiento para la interpretación cabalística es la intuición, esa facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad del razonamiento y, que en la Gnosis, constituye la forma más elevada del conocimiento superior, por encima de la inspiración y la imaginación. De hecho, cuando el neófito empieza a investigar qué es Gnosis, se encuentra que una de sus definiciones más conocidas es: “conocimiento intuitivo de las cosas divinas”.
Por ese motivo, el Avatara de la Era de Acuario,Samael Aun Weor, afirma en su obra “Curso Zodiacal” que: “existen dos clases de cabalistas: los cabalistas de la razón y los cabalistas de la intuición. La razón es una insubordinación y delito de lesa majestad contra el Maestro interno. Afirma además el Venerable Maestro que: “Los grandes cabalistas intuitivos no razonan, comprenden por percepción directa y escuchan la voz del silencio cuando observan alguna lámina del sagrado Tarot”.
Eliphas Levi, en el capítulo titulado: “Los Elementos de la Cábala, de “El libro de los Esplendores”, explica que: Cabala o ciencia tradicional de los hebreos, podría denominarse las matemáticas del pensamiento humano. Es el álgebra de la fe. Resuelve con sus ecuaciones todos los problemas del alma, despejando las incógnitas. Da a las ideas la sencillez y la rigurosa exactitud de los números; sus resultados son para la mente la infalibilidad (siempre relativa en la esfera de los conocimientos humanos) y la paz profunda para el corazón.
Más adelante, En el capítulo titulado: La Religión de “El libro de los Esplendores”, Levi explica que: “La Cábala es la fórmula cifrada de la hipótesis divina. Los misterios son los teoremas de su álgebra. Es simple como dos y dos son cuatro, clara como las cuatro reglas de la aritmética y oscura para los ignorantes como la tabla de logaritmos o el binomio de Newton”.
También Dan Brown, en su obra: «El Código Da Vinci», da una interesante explicación del objeto de estudio de la Cábala y explica lo siguiente: Las enseñanzas místicas de la Cábala se basaban fundamentalmente en anagramas en los que mediante la alteración del orden de palabras hebreas se obtenían nuevos significados. Los reyes franceses del Renacimiento estaban tan convencidos de que los anagramas tenían propiedades mágicas que contaban con anagramistas reales que les ayudaban a tomar las decisiones más acertadas mediante el análisis de las palabras de los documentos importantes. Los romanos daban al estudio de anagramas la categoría de ars magna —arte mayor.
El Presidente fundador de las instituciones gnósticas de la actualidad, Samael Aun Weor, explica además en el capítulo XXV de su curso de Tarot y Kábala, que: En Cábala todo es número y Matemáticas. El número es santo, es infinito, en el Universo todo es medida y peso. Dios es un geómetra para los gnósticos. Las Matemáticas son sagradas. En la escuela de Pitágoras no se admitía a nadie que no supiera Matemáticas, música, etc. Los números son sagrados.
El Maestro Samael, explica además En el capítulo 22 de su obra: «Manual de Magia Práctica» que: “todas las Ciencias del Universo se reducen a la Kábala y a la Alquimia”.
Cábala y esoterismo
El esoterismo, es el conjunto de doctrinas secretas, reservadas a un número limitado de discípulos. En Occidente, desde hace varios siglos, muchas escuelas esotéricas han recibido influencia de la Cábala. Entre ellas, están la Masonería y el rosacrucismo.
Es por ello que En el capítulo titulado: La Cábala no escrita, de su obra: La Cábala Mística, Dion Fortune explica que: la interpretación de la Cábala no se encuentra entre Los rabís del Israel externo, Los que son hebreos solamente según la carne y la sangre, sino entre el pueblo elegido según el Espíritu; en otras palabras, entre los iniciados. La Cábala, tal como la conocemos, tampoco es un sistema puramente hebraico, porque ha sido completado durante el Medioevo por muchísimos conocimientos alquímicos y por la íntima asociación y fusión que tuvo con ese maravilloso sistema simbólico como el Tarot.
Fortune, explica además en dicho capítulo que: para utilizar la Cábala no se necesita absolutamente ningún conocimiento externo del idioma hebreo antiguo; todo lo que se requiere es poder leer y escribir las letras hebreas. La Cábala moderna se ha naturalizado en los idiomas occidentales, pero retiene,y debe retener siempre, todos sus nombres de poder en hebreo, que es el idioma sagrado del Occidente, así como el sánscrito lo es del Oriente. Hay quienes se oponen al libre empleo de términos sánscritos en la literatura oculta, y sin duda alguna, también se opondrán al empleo de las letras hebreas; pero su uso es inevitable porque cada letra hebrea es también un número, y la suma resultante de las letras de cada palabra, o nombre, es una clave importante de su significado. Además, pueden emplearse para indicar las relaciones existentes entre Las distintas ideas y potencias.
Samael Aun Weor, en el capítulo de Virgo de su Tratado de Astrología Hermética, va más lejos, al explicar que “la Cábala es la ciencia de la Vaca; leyendo las tres sílabas de Cábala a la inversa, tenemos La-va-ca. La piedra de la Kaba en la Meca leída a la inversa Vaca o la Piedra de la Vaca”. De esta manera, vincula a la Cábala, con profundos conocimientos esotéricos en la religión del Islam y de la India. De este último, explica que la ciencia de la Cábala es un tipo de conocimiento superior, relacionado con el Maha Vidya.
Libros y ramas de la Cábala
Los principales y más antiguos libros cabalísticos, son el Zohar o libro del Esplendor, escrito por Simeón Ben Yojai, así como el Séfer Ietzirá o Libro de la Formación o de la Creación, atribuido al patriarca Abraham. Es importante, además, para el estudio de la Cábala, el Salmo más largo de todos los salmos de la Biblia, el Salmo 119 que contiene las 22 letras del alefato hebreo, entre ellas: Alef, Bet, Guimel, Dálet, He, Vau, Yod y Tau.
Entre las ramas de la Cábala, se encuentra la Gematría, el Notaricón y la Temurá. Asimismo, en la Cábala dogmática, se encuentra la ciencia de la Merkabá y la ciencia de Bereshit.
En la Gematría se busca el valor númerico de las palabras, en el Notaricón, las letras iníciales o finales de las palabras, se organizan en forma parecida a un acróstico. En la Temurá, se transponen las letras de una palabra y surgen otras palabras, en un procedimiento similar al de los anagramas.
En la cuarta lección de Cabala, de “El libro de los Esplendores”, Eliphas Levi, explica que: Bereschith quiere decir génesis; Mercavah significa carrito, por la alusión a las ruedas y a los animales misteriosos de Ezequiel. El Bereschith y la Mercavah resumen la ciencia de Dios y del mundo.
Explica además Levi en la cuarta lección del libro citado que: esto es lo que se obtiene por la Gematría y la Temurá, que son las matemáticas de las ideas. La Cabala tiene su geometría ideal, su álgebra filosófica y su trigonometría analógica. Así es como obliga en cierto modo a la naturaleza a revelar sus secretos.
El Árbol de la Vida, los sefirotes y los arcanos
El Árbol de la vida es el símbolo cabalístico por excelencia. Se compone de 10 esferas y 22 senderos. Las esferas corresponden a los sefirotes, las emanaciones divinas o principios anímicos y espirituales del ser humano. Los primeros tres sefirotes son: Keter, Chokmah, Binah, que en la terminología cristiana se corresponden con la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Los otros siete sefirotes, se corresponden con el septenario teosófico o con los cuerpos internos y la Mónada: Es así, como el cuarto sefirote: Chesed, se corresponde con el Maestro interno, el Íntimo, el Espíritu o el Ser. Los otros sefirotes son: Geburá, Tiferet, Netsaj, Hod, Yesod y Malkut. Los 10 sefirotes, se relacionan también con los planetas del Sistema Solar.
Dion Fortune explica que: El curioso sistema simbólico que conocemos como Árbol de la Vida es una tentativa para poner en forma diagramática cada una de las fuerzas y factores del Universo Manifestado y el Alma Humana, para correlacionar una con otras y revelarlas como en un mapa, mostrando las posiciones relativas en que puede considerarse cada unidad y las relaciones entre ellas. En pocas palabras, el Arbol de la Vida es un compendio de Ciencia, Filosofía, Psicología y Teología.
En el capítulo titulado: La Cabala, objeto y método, de “El libro de los Esplendores”, Eliphas Levi explica que: toda la Cabala está contenida en lo que los maestros llamaron las treinta y dos vías, que son treinta y dos ideas absolutas y reales, unidas a los diez números de la aritmética y a las veintidós letras del alfabeto hebraico.
Explica además Levi en el capítulo titulado: La Gloria cristiana de su obra: El libro de los Esplendores que: los cabalistas referían las ideas absolutas al valor numeral y jeroglífico de las veintidós letras del alfabeto primitivo, que suponen haber sido el de los hebreos. A cada una de estas letras se le asignaba un genio; cada letra es un ser viviente, un ángel. Los que están familiarizados con la poesía oriental comprenderán este lenguaje figurado. Pero lo propio del vulgo es tomar todo al pie de la letra y materializarlo; ahora bien, entre estas letras, hay dos que representan la divinidad a saber la primera y la última alef y tau, en griego alfa y omega, y en latín a y z, de donde se ha formado el nombre Azoth, que en la filosofía oculta es la expresión de lo absoluto.
Asimismo, en la séptima lección de “El libro de los Esplendores”, Levi afirma que: los diez primeros números, las veintidós letras del alfabeto y los cuatro signos astronómicos de las estaciones, resumen toda la Cabala. Veintidós letras y diez números las treinta y dos vías del Sepher Jetzirah, cuatro representan la mercavah y el shemanphorah. Es sencillo como un juego de niños y complicado como los más arduos problemas de las matemáticas superiores. Es ingenuo y profundo como la verdad y la naturaleza. Esos cuatro signos elementales y astronómicos son las cuatro formas de la esfinge y los cuatro animales de Ezequiel y de San Juan. Todo por vosotros en la sagrada ciencia”.
Comprender los principios cabalísticos encerrados en los 10 sefirotes, permite un mejor entendimiento de la religión en general y de la Biblia en particular. Para explicar más claramente lo anterior, acudimos nuevamente a Dion Fortune quien explica el origen cabalístico de la fórmula final del Padre Nuestro: Porque tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria. “la cláusula final del Padre Nuestro es cabalismo puro. Malkuth el Reino; Jod, el Poder, y Nazareth, la Gloria, forman el triángulo básico del Arbol de la Vida, con Yesod, el Fundamento, o receptáculo de Las influencias, como punto central. El que formuló esa oración conocía la Cábala.
Finalmente, el Buda Maitreya, explica en el capítulo de Sagitario del “Curso Zodiacal, que: haciendo una liquidación de todos los millones de volúmenes kabalísticos que ruedan por el mundo. Llegamos a la conclusión, de que toda Kábala se reduce a los 22 arcanos mayores del Tarot y 4 ases, que representan los cuatro elementos de la Naturaleza.
Muerte física o desencarnación
Muerte segunda
Muerte mística
En esta entrada, estudiaremos únicamente el fenómeno de la muerte física o desencarnación. La muerte física es el cese de las funciones vitales del organismo, el fin de la vida o extinción del proceso homeostático de un organismo. Es claro que, la homestasis es una característica propia de un organismo vivo. Esta le permite mantener un ambiente interno en condiciones estables y constantes.
Son sinónimos de la muerte física: defunción, fallecimiento, separación del alma y el cuerpo y, más propiamente, en términos esotéricos: desencarnación.
Particularmente, en el caso del significado tradicional para la muerte, como separación del cuerpo y el alma, algunos también la explican como separación del cuerpo y el espíritu. En ambos sentidos, es importante aclarar que en el Gnosticismo Universal cada término tiene uno y un solo significado. Es así, como alma y espíritu no son lo mismo y que ambos principios anímicos y espirituales no necesariamente están presentes en las máquinas humanas, es decir, en la mayoría de seres humanos que pueblan la Tierra.
La chispa divina
La Psicología Gnóstica, enseña que los animales intelectuales, falsamente llamados hombres, las multitudes que integran el género humano actual, no poseemos Alma, somos desalmados. Aunque sacuda fuertemente, de lugar a discusiones interminables y sea motivo de polémica, los hechos evidencian el porqué de esta afirmación. Basta repasar las páginas negras de la negra historia: las guerras, las invasiones y conquistas de imperios sobre pueblos indefensos o menos poderosos, la esclavitud, la explotación del hombre por el hombre, la miseria humana, el genocidio, las masacres, los sueldos de hambre, las drogas, la violencia, la impunidad, la corrupción, los siete pecados capitales y tantas manifestaciones indeseables del ser humano actual, que se sintetizan en el Ego, el yo psicológico.
La divinaGnosis explica que, afortunadamente, el ser humano sin Alma, posee un material psíquico fundamental, una chispa divina: el budhata o Esencia maravillosa. La sumatoria de valores positivos que el ser humano posee en forma innata. La suma de virtudes, lo mejor de uno mismo está en la Esencia.
Es así, como la muerte física o desencarnación, es en realidad, una separación definitiva del cuerpo físico y la Esencia maravillosa. De esta manera, el cuerpo físico de la mayoría de personas, es mortal invariablemente y el budhata, es inmortal. Existe la inmortalidad de la Esencia, pero también algunos seres supra trascendidos, logran vencer a la muerte y alcanzan la inmortalidad del cuerpo físico, es decir, la auténtica Resurrección.
Pero, en términos metafísicos qué es lo que sucede para que ocurra la desencarnación. Como ocurre el fenómeno de la defunción. Es verdad que una sola vida tenemos o tendremos muchas vidas y muchos encuentros con la muerte.
El Eterno retorno
En el libro de los libros la Biblia hebrea, se encuentra el libro de Eclesiastés. Ahí se encuentra un texto maravilloso, que bien vale la pena leer y releer: Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después. (Ec 1:4-11).
Es indudable que el tiempo no es lineal, sino redondo y que todo se repite: se repiten los días y las noches, los días de la semana, los meses del año, cada una de las cuatro estaciones, las fases de la Luna. Cada cierto tiempo inicia un nuevo año, la época de lluvias y la temporada seca. También cada cierto tiempo retornan los cometas, De la misma manera, aparece la vida, después de la muerte en incesante ciclo.
En Eclesiastés, se lee también: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado… (Ec 3: 1-2).
El Kalki Avatar, Samael Aun Weor, en el capítulo del signo zodiacal de Cáncer, de su obra: “Tratado Esotérico de Astrología Hermética», explica lo siguiente: El sagrado Raskoarno (muerte), está lleno de profunda belleza interior. Sólo conoce la verdad sobre la muerte, el que ha experimentado en forma directa, su honda significación (…) Los extremos se tocan. La muerte y la concepción se encuentran íntimamente unidas. La senda de la vida está formada con las huellas de los cascos del caballo de la muerte.
La vida existe como continuación de la muerte. Los seres humanos, no tienen una sola existencia. “No hay nada nuevo bajo el Sol”. Por esa razón en el Evangelio de Mateo se encuentra el siguiente versículo: “”Y si quieren recibirlo, él es aquel Elías de que había venir. El que tiene oídos para oír, oiga”. (Mt 11:14-15). Versículo que hace clara alusión al texto de Malaquías: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible”.
Mucho se ha escrito acerca de la Metempsicosis o Transmigración de las chispas divinas, desde Krishna y Pitágoras. Muchos estudiosos, han descubieerto que hay diversas evidencias que apuntan a que también los antiguos judíos tenian certeza del principio del Eterno Retorno de la Esencia. De ahí que aparezcan datos interesantes, como la pregunta que hicieron los apóstoles a Jesús: “Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»”.(Jn 9:1-2).
Muchos son los testimonios a lo largo de la historia para este fenómeno de la Naturaleza. Escritores como el psiquiatra norteamericano Brian Weiss, en obras como: “Muchas vidas, muchos maestros», «A través del tiempo», «Los mensajes de los sabios», entre otras, han ejemplificado de muchas maneras el la transmigración de la Esencia. Weiss, ha escrito innumerables relatos de sus pacientes y, particularmente, en su obra: “Lazos de amor”, cita interesantes frases relativas al tema, escritas por pensadores extraordinarios, como Goethe, Kahlil Gibran, Carl Jung el gran psicólogo gnóstico, Albert Schweitzer, Víctor Hugo, John Milton, Walt Whitman, Nietsche y muchos más.
Entre las múltiples citas, transcribimos aquí una muy interesante de Marco Tulio Cicerón: “Una prueba fehaciente de que los hombres conocen la mayoría de las cosas antes de nacer es el hecho de que cuando son simples niños llegan a entender innumerables fenómenos con tal rapidez que es evidente que no los están comprendiendo por primera vez, sino que los recuerdan, los traen a la memoria…”.
Asimismo esta otra frase de Tolstoi: “Qué interesante sería escribir la historia de las experiencias en esta vida de un hombre que se suicidó en su vida anterior; cómo tropieza ahora con las mismas exigencias que se le habían presentado anteriormente, hasta que llega a comprender que debe satisfacerlas… Los hechos de una vida previa encauzan la vida presente”.
La duración de la vida
El Gnosticismo Universal enseña que existen diversas causas para la existencia y por ende para muerte. Existen causas que se encuentran en el mundo físico o tridimensional, causas metafísicas y causas kármicas. Es indudable que los forenses tienen gran capacidad para explicar las causas físicas que dieron como resultado la desencarnación de un difunto. No podemos negar, que la enfermedad, el deterioro del cuerpo, el homicidio, el asesinato, el suicidio y los accidentes se esconden detrás de muchas defunciones. Pero es indudable que en el campo de las causas metafísicas de la muerte, se encuentra muchas veces, el deseo escondido de dejar de vivir en el mundo físico.
La sabiduría oculta enseña que la inteligencia de la Naturaleza desposta en cada uno de los seres humanos, determinado capital energético o valores cósmicos. En diferentes escuelas esotéricas, estos valores vitales, se denominan: Bobbin Kandelnost. Al agotarse el capital cósmico, es lógico que sobrevenga la desencarnación o muerte del cuerpo físico. Es claro que, la duración de la vida, dependerá en gran medida del ahorro, la sabia utilización o el derroche de los valores vitales por cada persona.
Otro tipo de causas para que ocurra la desencarnación se relacionan con las leyes de acción y de reacción o con el principio de causa y efecto: Más específicamente, en lenguaje esotérico, se relaciona con la Ley del Karma y la Ley de Recurrencia. Nuestra vida actual, es en gran medida, una repetición de nuestra vida pasada, más sus consecuencias. Muchas razones ocultas de la muerte de una persona, ya sea por una enfermedad grave o porque falleció trágicamente, se encuentran en la Ley del Karma.
El estado intermedio
El principio de correspondencia del hermetismo, explica que “tal como es arriba, es abajo”. De acuerdo con este aforismo maravilloso, podemos explicar, que así como entre el día y la noche, existe el crepúsculo, la fase declinante del final del día, antes de iniciar la noche. Que así como ocurre el proceso del anochecer, ese período en que empieza a disminuir la luz del día, para dar lugar a la noche; también existe el período intermedio entre la vida y la muerte.
En la página 10 de la versión del Libro Tibetano de los Muertos de Stephen Hodge y Martin Boord, publicada en castellano por Ediciones B en Barcelona en el año 2000, encontramos la siguiente explicación: Cada día de la vida está lleno de comienzos y finales. En cuanto transcurre un momento, otro viene a ocupar su lugar. Al despertar por la mañana, nos levantamos y realizamos nuestras actividades cotidianas: nos lavamos, nos vestimos, tomamos el desayuno, etcétera. Nada permanece inmóvil. El movimiento y el cambio son la esencia misma de la vida. Sin embargo, nuestra tendencia habitual es pensar que todo es sólido e inmutable. Deseamos creer que todo lo que vemos es real y permanente aunque nuestra experiencia diaria nos demuestre que nada es inalterable y que nada dura para siempre. De hecho todo cuanto nos rodea se va desmoronando constantemente y se requiere un gran esfuerzo por nuestra parte para conservarlo. Lo que sucede durante dicho proceso de cambio es el gran misterio (… ) La fase llamada «estado intermedio» (bardo en tibetano) es precisamente ese momento de cambio que se produce al final de una fase y al comienzo de la siguiente. Es el estado mismo del fluir, el único que podemos calificar de «real ».
Más adelante, se explica en la página 11 del libro citado que: Para quien llega a comprender este fenómeno y desarrolla la capacidad de ponerlo en práctica, las problemáticas incertidumbres de la vida resultan tan triviales como el bardo de vestirse por la mañana. Entre el momento de despertar y el acto de vestirse uno debe decidir qué ropa ponerse. Eso es todo. No tiene por qué ser un problema. De igual modo, entre cualquier acontecimiento y nuestra reacción frente a él, existe un espacio intermedio que ofrece distintas opciones a quien es capaz de verlas. No estamos obligados a actuar según la costumbre o el prejuicio. El estado intermedio ofrece la posibilidad de obrar de manera distinta a quien ha aprendido a reconocerlo.
En el Bardo Thodol o libro tibetano de los muertos, atribuido a Padmasambhava, en relación con el estado intermedio, se lee lo siguiente: «ahora que tu respiración casi ha cesado, he aquí que ha llegado para ti el momento de buscar una vía, ya que la luz fundamental que aparece en el primer estado intermedio va a aparecer. Ya tu Lama te había mostrado esa luz, la Verdad en Sí (Dharmata) vacía y desnuda, como el espacio sin límites y sin centro, lúcido; es el espíritu virgen y sin mácula. Ha llegado el momento de reconocerlo. Permanece, pues, así en ella. Yo también te la haré descubrir».
El esoterismo gnóstico enseña que durante ese estado intermedio, ocurrirán dos retrospecciones. La primera es la proyección de toda nuestra vida, en forma instantánea, momentos antes del cese de las funciones vitales. La vida pasa ante la mente de quienes están a punto de desencarnar, como una película en alta velocidad. Muchas personas que han sufrido accidentes automovilísticos serios o golpizas inclementes de malhechores, cuentan de este tipo de experiencias.
Posteriormente a la primera, viene una segunda retrospección. En la conferencia titulada: «La fiesta de los muertos», el Avatara de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, explica que: después de que uno ha dejado el cuerpo, la Naturaleza tiene múltiples medios, sistemas, para hacernos regresar o reincorporar, y nosotros debemos comprenderlo. Ante todo, no está de más que ustedes sepan que después de la muerte, debemos revisar la vida que acaba de pasar. Empezaremos por el último instante, por aquel que precedió a nuestra agonía. Tendremos tendencia a vivir en la misma casa donde morimos, a recorrer por las mismas calles por donde otrora caminábamos. En una palabra, queremos recoger nuestros pasos; los vamos recogiendo conforme vamos reviviendo las distintas edades de la existencia que acaba de pasar.
Es claro que esta retrospección no es meramente intelectiva; uno vuelve a vivenciar después de la muerte todos los hechos, todos los sucesos, todos los acontecimientos de la vida que pasó, y, conforme los va reviviendo, va asumiendo también el aspecto que tuvo en cada una de sus edades. Si murió anciano, se verá viejo, y después se verá convertido en el sujeto maduro y luego, en el joven, y después en el adolescente… y, por último, en el niño. Revivirá así toda su existencia con el propósito de arreglar cuentas, de hacer un balance sobre sus buenas y malas obras.
Más adelante explica que: Así, pues, toda la existencia que pasó viene a quedar reducida a números, a sumas de buenas y malas acciones. Obviamente, al terminar la retrospección, después de que nuestro propio Ser ha hecho el balance, el inventario de, dijéramos, nuestras buenas y malas acciones, los señores del Karma harán justicia y determinarán la existencia que nos aguarda en un futuro…
Los cuerpos lunares y el astral
La muerte física o desencarnación, no es solamente el cese de las funciones físicas del cuerpo. Tampoco es la separación parcial de la Esencia y del cuerpo físico. La Esencia maravillosa, se encuentra en los mundos superiores, en las dimensiones superiores del espacio y está envuelta entre el Ego y los cuerpos lunares.
Los cuerpos lunares, son los mismos que los que la literatura ocultista denomina cuerpos superiores o cuerpos espirituales. Los yogas de la India, los teósofos y otros esoteristas han hablado, entre otros, del cuerpo astral. En la Biblia, se establecen diferencias entre el cuerpo, el alma y el espíritu. “y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible…” (1 Ts 5:23). “Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual” (1 Co 15:44).
La anatomía oculta, enseña que el animal intelectual, falsamente llamado hombre, no posee cuerpos superiores o cuerpos espirituales. Únicamente, posee cuerpos fantasmales o lunares. Los cuerpos lunares, son el cuerpo etérico o cuerpo de la vitalidad, el fantasma de cuerpo astral o cuerpo de deseos, el fantasma de cuerpo mental y el cuerpo lunar causal. Ya hemos explicado que la humanidad actual, no posee Alma y la Esencia maravillosa, se encuentra divorciada del Espíritu, de su dios Íntimo, de su propio Real Ser Interior.
En un ser humano que disfruta de la vida, la Esencia maravillosa, el Ego y los cuerpos lunares, se encuentran unidos al cuerpo físico, mediante el hilo de la vida, conocido en ocultismo, como el cordón plateado o Antakarana. El hilo de la vida une los valores con el cuerpo físico, en forma similar al cordón umbilical dentro del vientre materno, que une al feto con su madre.
La separación temporal del cuerpo y los valores ocurre frecuentemente en vida de los seres humanos durante las horas del sueño reparador del cuerpo físico. Al acostarnos a dormir, la Esencia, el ego y los cuerpos lunares, se desprenden del cuerpo y al día siguiente, la persona dice: “anoche tuve un sueño”. Muchos sueños que les ocurren a las personas mientras su cuerpo físico duerme, son los famosos viajes astrales, pero en este caso, los realiza la persona con la conciencia dormida y por eso no puede reconocer el más allá, el mundo de los vivos y de los muertos o mundo astral.
En este tipo de separación temporal del cuerpo físico y los valores anímicos y espirituales, se encuentran los famosos fenómenos denominados de “vida después de la vida”. Las “resurrecciones” que ocurren en el quirófano y los fenómenos de catalepsia, también pertenecen a esta categoría. Incluso en este tipo de fenómenos, se encuentran las “resurrecciones milagrosas” como las que realizaron Elías y Jesús de Nazaret. Este tipo de resurrecciones no tienen nada que ver con la auténtica Resurrección o inmortalidad del cuerpo físico propia de hombres y mujeres auténticos, seres auto realizados totalmente. En todos estos fenómenos, no ha ocurrido el corte del hilo de la vida. Una vez cortado el cordón plateado, es imposible volver a conectar la Esencia con el cuerpo. La verdadera desencarnación ocurre cuando se corta el Antakarana por un Ángel de la Muerte.
Franz Hartmann, al inicio de su obra: «Los elementales» afirma lo siguiente: La ortodoxia de la Edad Media consideraba a los ángeles, demonios o espíritus humanos desencarnados, como entidades personales invisibles. Personificaron a los poderes del bien y del mal, e hicieron de ellos caricaturas y monstruos que volaban de lugar a lugar, tratando de subyugar las almas de los hombres o de sujetarlos a su poder. El gobierno de aquellos tiempos era oligárquico, y el pobre dependía de los favores del rico. El poder de la Iglesia era supremo, y los dictados del clero no toleraban la desobediencia. El servilismo y anhelo por favores personales estaban a la orden de aquel tiempo, y este estado de la mente influenció y modificó necesariamente las concepciones religiosas del pueblo.
El Espíritu Supremo del Universo fue degradado a sus ojos como un tirano personal, y cuyo favor trataban de ganar por medio de penitencias, súplicas, y por medio de la intercesión de los sacerdotes, que se suponía eran sus favoritos. Todo lo que no podía ser reconciliado con las preocupaciones y opiniones existentes, era atribuido al diablo; y los horrores de la Inquisición, las persecuciones religiosas y procesos de brujas, son bien conocidos para traerse a la memoria del lector.
Es indudable que lo esotérico, lo oculto, la magia, los poderes sobrenaturales, la teúrgia, la, hechicería, la brujería y el pensar diferente fueron motivo de persecución y condena similar en tiempos pasados.
Afortunadamente, como lo explica Samael Aun Weor, en su conferencia: “La libertad de hablar sobre asuntos esotéricos”: Estamos en una época en que afortunadamente se puede hablar de asuntos esotéricos públicamente a la luz del día, o en las tinieblas de la noche. No ha sido siempre así, pensemos por ejemplo en la Edad Media con su famosa Inquisición, que algunos atribuyen a Gregorio IX y otros a Santo Domingo; en todo caso, fue espantosa la Inquisición. No quiere decir que antes no existía esoterismo, si lo hubo y muy grande. Recordemos a Cornelio Agripa, a Felipe Teofastro Paracelso, y también al no menos famoso Dr. Fausto, encantador y mago; estos tres últimos fueron discípulos del muy respetable y venerable gran maestro abad Tritemus dicho abad enseñaba esoterismo en pleno monasterio medieval, milagrosamente no fue a parar a la hoguera, así fue de grande la horrible Inquisición de las hogueras encendidas por la iglesia romana, por la iglesia Católica.
Existió allí mismo, en los monasterios el esoterismo, entonces no se podía hablar en forma pública como lo hacemos hoy en día, quien así procedía era juzgado por hereje o brujo y quemado vivo en la plaza pública. Se ha hablado mucho sobre la Inquisición y bien vale la pena repasar todas esas cosa con fines de ilustración: Por ahí se afirma que la hija de un conde era secuestrada diariamente por gente del aquelarre y llevada precisamente al sabbath, esto sucedía por allá en el Siglo XV, fue entonces cuando la iglesia Católica encendió sus hogueras con furor espantoso, y miles de personas acusadas de brujería, eran quemadas vivas, cosa lamentable ¿verdad?
Por allí hay uno de los tantos que han escrito sobre la Inquisición y el Santo oficio, quienes con minuciosidad de detalles han expuesto sobre las torturas inquisitoriales; recordemos a cierto autor que decía: Como quiera que las brujas al ser echadas al agua no se hundían, flotaban porque el demonio las ayudaba, había entonces que someterlas a otras torturas.
Algunos de esos inquisidores aconsejaban que se agarrase a cualquier mujer u hombre acusado de brujería y herejía, que se amarrara al púlpito con un cable, que le ataran las manos por detrás y se le soltara a fin de que quedara flotando en la cuerda; piensen ustedes lo que significa ese martirio: manos amarradas por la espalda y además, sostenidas o unidas al púlpito por un cable. ¡Qué dolores tan espantosos sentiría aquella víctima! Afirmaba pues el inquisidor que ese era un sistema magnífico, porque el brujo viéndose en estas circunstancias, volvería por sí mismo mediante su brujería – y con ayuda del demonio -, a colocarse sobre el púlpito y que entonces contaba, es decir, confesaba su delito.
Alguno de esos escritores inquisidores decía que se levantaban las uñas de los brujos o brujas, les metían clavos para que sintieran gran dolor, los llevaban a la torre del martirio o al pozo, les quemaban los pies, etc.; porque todo eso era parte de la justicia divina y humana, piensen ustedes ¡qué monstruosidad!, ese sadismo tan espantoso de la Inquisición. Por ahí acusaron a un pobre cura que tuvo el error de confesar que él hacía 40 años que venía efectuando la cópula sexual con una mujer demente. El buen anciano ya tenía 90 años, y así con todo y su edad fue a parar con sus huesos a la hoguera.
Otro monje por ahí que venía siempre acompañado por un demonio infra-invisible y que hacía años también copulaba con el mismo. Fue suficiente con su declaración para ser incinerado vivo en una de esas tremendas hogueras de la Inquisición. Entre todas las actas de fe escritas hay una en que se dice que por allí hubo un sujeto en Alemania, que andando por un prado, por un bosque, se encontró con un grupo de gentes que estaban en el sabbath. Cuando esas personas se sintieron descubiertas, obviamente, se sumergieron completamente en la 4a. vertical y desaparecieron; pero dejaron en el terreno una copa en la que figuraban distintos nombres de personas de renombrada personalidad. Claro: no podía ser para menos, la copa fue a dar a la Inquisición y las personas que figuraban en esa copa, a la hoguera.
También se quemó viva mucha gente por herejía; muchos gnósticos fueron quemados vivos, tenemos a los albigenses. Fueron asesinados también en la hoguera. Y a distintas comunidades esotéricas, los templarios, juzgados también por herejía, brujería y perseguidos. Pero claramente, los templarios continuaron en secreto. Entre las muchas cosas que se decía en la Edad Media, figura aquella en que el diablo se aparecía pues, entre las gentes del aquelarre, ante las arpías y los zánganos, en la figura de un macho cabrío, en gato negro o un fantasma. Quienes les rendían culto, pues tenían derecho a participar en dichos aquelarres.
Hoy en día hablar en pleno siglo XX, que se considera el «siglo de la luz», aunque de tal no tenga nada, resulta como un poco «fuera de onda» como dicen por ahí, sobre todo en esta época en que se habla del átomo, de los rayos alpha, betha y gamma, el rayo láser, que en un par de segundos está en la Luna, lo sé; pero realmente la brujería existió. Se decía que “los brujos hacían llover granizo, lanzaban rayos, quemaban las cosechas, etc. Total, a la hoguera con todos ellos. Cuando había una tempestad muy fuerte, se decía que a alguien se le pasaba la mano; y si alguna persona era sospechosa de brujería, sin más ni más, a la hoguera. Así morían miles de personas anualmente y toda Europa quedó enlutada. Todavía no me explico como el Dr. Fausto no cayó en esa redada siendo tan famoso como era. Se rió de la Inquisición. Obviamente el Dr. Fausto poseía poderes extraordinarios.
Explica además, el Avatara de la Era de Acuario que: hubo tantas persecuciones. No es extraño pues, que al mismo Jesús de Nazaret lo hayan acusado de brujo, lo hayan crucificado. Máxime cuando Jesús fue llevado por Lucifer a la parte superior del templo, a una montaña… no pudo evitar que lo acusaran de hechicería y que le pasaran al Gólgota. Así ha sido la humanidad y siempre será así. Por eso les digo que hoy, a pesar de esta era de tinieblas en que estamos y de ese cientifismo, seudo-cientifismo ultra-moderno; sin embargo, se puede hablar públicamente sobre asuntos esotéricos. Y eso de por sí es ganancia, pues antes no se podía”.
Como muestra de lo anterior, citamos el siguiente versículo bíblico: «Pero los escribas que habían venido de Jersusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios” (Mr 3:22).
No podemos dejar de mencionar a continuación, prodigios como los de Moisés y las aguas amargas de Mara endulzadas por él al lanzarle un árbol (narrados en Éxodo 15) o el de hacer brotar las aguas de la peña de Horeb (en Éxodo 17). Prodigios como el que mostraron Sadrac, Mesac y Abed-nego al salir sin una quemadura en el horno ardiendo de Nabuconodosor, narrados en el capítulo 3 del libro de Daniel. O también los prodigios de Elías, como cuando provocó una gran lluvia, acontecimiento narrado en el capítulo 18 del primero de Reyes, En este momento, no podemos dejar de mencionar la caminata sobre las aguas del mismísimo Jesús.
Es indudable, que si estos prodigios se hubiesen realizado en el Medievo, hubieran sido causa para enviarlos a la hoguera. Es claro que hubo actos de brujería o magia negra, pero en la época inquisitorial, fueron perseguidos por igual magos blancos y magos negros, gnósticos y brujos, templarios y hechiceros, alquimistas y nigromantes.
Halloween y las fiestas solares
Halloween, es una fiesta que se celebra el 31 de octubre de cada año, desde el siglo XIX, en especial en los países anglosajones. Se origina en una de las cuatro principales celebraciones de origen celta: el samhaim y coincide con la víspera de la celebración cristiana de Todos los Santos.
El samhain, era una festividad dedicada al fin del verano y corresponde con el final de la temporada de cosechas entre los celtas, marcaba también el otoño y el inicio del período de oscuridad en el alto hemisferio norte.
Por esta época, los romanos celebraban la feralia dedicada al descanso de los difuntos, hacían sacrificios y elevaban plegarias a los dioses. Los romanos, también celebraban la fiesta de la cosecha, en honor a Pomona, diosa de los árboles frutales. Uno de los símbolos de hallowen es la manzana y un juego tradicional, consiste en comer la manzana, en claro simbolismo edénico. Entre los siglos VIII y IX, la iglesia Católica trasladó en el santoral, la fiesta de todos los santos al 1 de noviembre, para asimilar esas festividades al calendario cristiano.
En el calendario celta, había cuatro grandes celebraciones. La primera, se festejaba el 2 de febrero, la segunda, a finales de abril o principios de mayo, la tercera en agosto y la última a finales de octubre y principios de noviembre. Eran cuatro festividades relacionadas con las cuatro principales posiciones del Sol, en su aparente movimiento en la eclíptica: los dos solsticios y los dos equinoccios. Lo curioso es que las celebraciones ocurrían alrededor de 40 días después de cada posición principal. Es decir, más o menos en medio de cada dos de estos acontecimientos solares: entre el solsticio de invierno, el 21 de diciembre; el equinoccio de primavera, el 21 de marzo; el solsticio de verano, el 22 de junio y el equinoccio de otoño, el 22 de septiembre. Es decir, el samhaim, halloween, el día de Todos los Santos y el Día de muertos, corresponden al último día interestacional o día intercuartil o último día de cruce de cuartos.
Un día interestacional o intercuartil se ubica más o menos a medio camino entre un equinoccio y un solsticio. Los equinoccios corresponden a los únicos días del año en que el Sol nace justo en oriente y en el que los días y las noches tienen la misma duración. Los solsticios, corresponden con la noche más larga o la más corta; como también al día más largo o el día más corto. El 21 de diciembre, en el hemisferio norte se registra la noche más larga. En sentido inverso, en el hemisferio sur, ocurre el día más largo. En el hemisferio norte el día más largo se observa en el solsticio de verano, que en el hemisferio sur, en sentido inverso, corresponde al solsticio de invierno, la noche más larga.
En consecuencia, hay dos solsticios, dos equinoccios y cuatro días de cruce de cuartos para completar ocho subdivisiones en un año. Son ocho puntos matemáticos en el calendario que constituyen las ocho principales posiciones del Sol durante el año.
De acuerdo con el Mito Solar, en el calendario cristiano, la Navidad, el nacimiento del niño Dios de Belén, ocurre tres días después del Solsticio de Invierno y el Drama Cósmico. Por esta época se conmemora la Semana Santa, que incluye el Viacrucis, muerte y resurrección del Señor. Esta fiesta solar, ocurre invariablemente en Aries, en el primer plenilunio después del equinoccio de primavera. Los cuatro días interestacionales o intercuartiles se corresponden con celebraciones importantes en el antiguo calendario celta, como también en el santoral cristiano. En este sitio, en el artículo titulado la fiesta de los muertos, se ha explicado ampliamente que las grandes fiestas sagradas de todas las religiones solares están relacionadas directamente con las principales posiciones del astro rey. Conforme a la ley de octava, son ocho las principales posiciones del Sol que se corresponden con una octava completa en la escala musical (de un do grave a un do agudo en la escala). La ley de octava explica los diferentes fenómenos naturales, ya sea acústicos, ópticos o de las diferentes ramas de la ciencia. No es casualidad que sean siete días de la semana, que según la Biblia, hayan sido siete los días de la Creación, que en la antigüedad, existieran siete maravillas, que sean siete los niveles de energía en el átomo y siete las unidades fundamentales de la Física.
Esas ocho principales posiciones del Sol a lo largo del año, son las siguientes: A finales de enero y principios de febrero, los celtas celebraban la fiesta de Imbolc, dedicada a Brigid o Brigit, diosa del fuego y patrona de la orfebrería, la poesía y la sanación. Era el “festival de la luz, de la luz de la sabiduría y el conocimiento, de la luz de la curación y de la luz del fuego”. Esta fiesta coincide en el cristianismo con el 2 de Candelaria, que marca, en las tradiciones de Navidad, el final de la época de los belenes o nacimientos en honor del niño sol y su presentación en el templo.
El festival de mayo, denominado por los celtas: Beltaine o Beltane, coincidía con el tiempo de la siembra y corresponde con el calendario cristiano por la época del día de la Cruz, el día de los constructores y la ascensión del Señor.
El tercero, en agosto, era el festival de las cosechas. “Lammas es el nombre cristiano que se utilizó en el medioevo y significa «mucho pan», debido a que este día se horneaban hogazas de pan con los primeros granos cosechados y se dejaban en los altares de los templos como ofrenda en honor del dios del sol Lughnasad, Lugh, el nombre irlandés del dios solar celta conocido como Lleu en Gales y como Lugos en Francia”. En el calendario cristiano, a finales de julio hay celebraciones importantes, como la de Santiago, Ana y Joaquín y a principios de agosto la transfiguración del Señor. Las iglesias orientales y occidentales de Europa, celebran por esta época la bendición de las nuevas frutas.
En la tradición celta, durante la época del samhain, los fantasmas, los desencarnados, los seres del más allá o mundo astral podían presentarse ante los vivos y por ello, usaban trajes y máscaras a fin de ahuyentar a las entidades malignas. Se encendían hogueras y se consideraba momento propicio para la adivinación. Era momento para rendir culto a Samagin, el “señor de la muerte” e invocarlo consultándole por el futuro y otros asuntos.
En síntesis, las ocho principales posiciones del Sol, en el hemisferio norte, se relacionan con las siguientes celebraciones cristianas.
Solsticio de invierno: Navidad
Candelaria y carnaval
Equinoccio de primavera: Muerte y resurrección: Semana Santa
Día de la Cruz
Solsticio de verano: Día de San Juan
Santiago apóstol, santa Ana y san Joaquín, Marta de Betania
Equinoccio de otoño: San Mateo apóstol
Hallowen, Todos los santos y Día de difuntos
En la cultura celta, se creía que las almas de los difuntos volvían a casa y había que recibirlos con comida y bebida. Una tradición similar a la de los pueblos americanos para el día de finados y en Guatemala, el día de Todos los Santos
Es oportuno explicar que además del mundo tridimensional en el que vivimos, comemos, nos divertimos y trabajamos; no es el único que existe. Las Matemáticas y la Física, reconocen que hay otras dimensiones, mundos o universos paralelos. Los fenómenos relacionados con las ondas electromagnéticas, evidencian la existencia de lo invisible, la cuarta y quinta dimensión se corresponden con el mundo de los vivos y de los muertos. Es claro que existen puertas, que en determinadas circunstancias, se abren para que los seres de un mundo pasen al otro y se hagan sensibles. Corresponden a fantasmas y fenómenos paranormales cada vez más estudiados y con cada vez más evidencias de su cruda realidad. Las escuelas gnósticas en Guatemala y en el mundo, enseñan a sus estudiantes métodos y procedimientos para vivenciar las maravillas de los mundos suprasensibles, entre ellos, el mundo astral o mundo de los vivos y de los muertos; sin necesidad de trances, mediumnismo, espiritismo o invocaciones tenebrosas o dudosas.
Los druidas
Los druidas, eran los sacerdotes celtas, adoradores de los árboles, especialmente del roble. “La religión druídica partía de una observación aguda de la Naturaleza, y de las energías supernaturales identificadas con los espíritus (dryads) de sus árboles sagrados; y el zodíaco druídico de los espíritus arbóreos se basaba en las emanaciones que ellos creían que habían llegado a la Tierra procedentes del Sol. La base de la concepción espiritual del druidismo es lo que podríamos llamar la «religión de la Naturaleza». Religión es re-ligare, volver a unir el alma con Dios”.
Druida, viene del griego “cuadrus” y significa «sabio del roble». El roble es un árbol sagrado y una representación del Sol. Entre los druidas había una estratificación de iniciados, clasificados en tres grados: el bardo, el vate, y el druida propiamente dicho. Una relación que se corresponde con la tradición de gremios, en particular los de los constructores y carpinteros y con la de los masones que divide la jerarquía en aprendices, compañeros y maestros.
La noche de Samhain los druidas hacían grandes fogatas con ramas de roble y conjuros, para ahuyentar a los tenebrosos y aplacar a los poderes sobrenaturales. En el roble, crece el muérdago de gran veneración por los druidas.
Fulcanelli, en El misterio de las Catedrales, establece una relación simbólica interesante, entre el gallo, el roble y la zorra. Afirma el sabio que “aquí está nuestra famosa fuente, cuya agua clara brota del pie del árbol sagrado, tan venerado por los druidas”.
Entre sus deidades, citamos a Dagda, “el buen dios”, deidad suprema del panteón irlandés y Dagda, Danu, Anu o Ana su madre y a cuyos seguidores, se les denominó: Tuatha de Danann. Ambisagrus, dios equivalente a Júpiter, Aine, diosa irlandesa del amor y la fertilidad, Belenus, el dios galo de la luz y Belisama la diosa gala de la luz y el fuego, a quien Louis Charpentier, en su obra El Enigma de la Catedral de Chartres, relaciona con la virgen Negra.
Charpentier, afirma que la gruta en el cerro de Chartres, fue conocida antiguamente, como la “gruta druídica”, de donde podemos concluir que entre los lugares de veneración para los druidas, además de Stonehenge, se encontraban otros sitios misteriosos, que con la llegada del Cristianismo propiciaron la construcción de nuevas formas de adoración a la divinidad, como las catedrales góticas.
Entre las leyendas de los celtas y druidas, destaca la que gira en torno de Avalon o Avallon, el rey Arturo, Ginebra, el mago Merlin, la espada excalibur, la tabla redonda y la búsqueda del santo Grial. Así como la que relaciona al dios Báldur con el muérdago.
Los druidas y el muérdago
El venerable maestro Huiracocha, en su obra: Plantas Sagradas, cuenta una bella leyenda relacionada con el muérdago: Al nacer Báldur, hijo de Odín y de Freya, hizo su madre conjurar todas las cosas… De ese modo, ni las armas mismas, harían daño jamás al nuevo infante. Así transcurrió su niñez… Pero al cabo del tiempo, siendo ya hombre Báldur, fueron los dioses secundarios a probar la eficacia del conjuro y entonces le maltrataron de intento arrojándole piedras y lanzas. Fue inútil. El encanto subsistía haciéndole invulnerable contra todo peligro material… Enterado Loke, el malo eterno, hace saber que el conjuro no alcanzaba a todas las cosas. Faltaba el muérdago, que era el mágico arbusto de virtudes admirables. Acto seguido, hicieron una lanza de esta misma planta que fue arrojada sobre el dios, dándole muerte.
Los dioses entonces, pesarosos de su obra, lloraron por Báldur cuando no había remedio para salvarle del Hel. Pero una diosa, sabedora del caso, trató de ofrecer un remedio infalible recomendando una bebida de muérdago. He aquí que la bebida se aplicó y Báldur fue devuelto a la vida con la misma planta que le había matado…
Quien haya pasado Navidad en Inglaterra recordará, que los ingleses adornan los techos de sus casas con ramas de muérdago. Algo semejante ocurre en Alemania y algunos países nórdicos. Todos dicen, que esta planta trae suerte y que es un gran amuleto vegetal, sobre todo, el viscum álbum de los manzanos de Bretaña.
Pero la fama no es reciente. Ya Plinio refiere, que los celtas y con ellos la sociedad secreta de los druidas lo veneraban. Si vamos a buscar las fuentes que sirvieron a Plinio para esta información, nos encontramos con Teofrasto, discípulo de Platón y Aristóteles, (371 años antes de la era cristiana) quien, al escribir su Historia Plantarum, se ocupa largamente del roble o encina brava y entonces describe esa planta parásita del muérdago. Teofrasto, a su vez, encontró manuscritos anteriores donde ya se dice que en épocas muy remotas, fue traído por los dioses a la Tierra para servir de panacea y amuleto.
Son los zorzales en realidad, los que verdaderamente comen ese fruto del muérdago y luego con su excremento van dejando la semilla en ciertas aberturas de los árboles donde nace. El más apreciado, es el que brota en el roble y en la vid por ser tan rara su aparición sobre estas plantas.
Precisamente el nombre de los druidas, tiene su etimología en la palabra griega drys, que significa roble. Por eso a los druidas, se les llamaba los hombres de roble y solo veneraban, aquel que tuviera muérdago. Es decir, aquel en que Dios había puesto su señal, dotándole de esta planta misteriosa.
Noche de brujas, aquelarres y sabbath
Hallowen tiene además otro motivo de estudio. Va más allá de una celebración celta y la preparación que querían dar los druidas a la población, antes de los tiempos de oscuridad; asociados al mal, a los tenebrosos.
En la actualidad, en muchas ciudades, se asocia a fiestas de disfraces grotescos. Pero también se asocia a la magia negra y a la celebración de uno de los aquelarres más importantes del satanismo. En la tradición celta se creía que en esta fecha, las brujas adquirían más poderes y en la tradición norteamericana, los pequeños disfrazados piden inocentemente, el trick or treat o sea el truco o trato. Es decir, el truco o trabajo de brujería.
Es indudable que todo en la Naturaleza y en el Cosmos tiene dos lados. Toda dirección, dicen los físicos, tiene doble sentido. Existe la derecha y la izquierda, oriente y occidente, lo blanco y lo negro. Toda expresión de la cultura humana, toda tradición de cualquier pueblo, toda festividad, puede asociarse a uno u otro polo. Antes del Miércoles de Ceniza, se celebra el período de bacanal, orgía y depravación asociado al Carnaval. En Guatemala, los enemigos de lo Eterno, han sustituido el sagrado nombre de Semana Santa por el de “época de verano”, que se asocia también a desenfreno, parranda, licor y sexo libre.
Es claro que desde tiempos antiguos: magos blancos y magos negros han sido confundidos por los ignorantes como si fuesen lo mismo. Muchos magos blancos, fueron confundidos con brujos. Pero en los estudios gnósticos, debemos diferenciar claramente los nombres. Por un lado está la magia blanca o teurgia y por otro lado la magia negra o goecia. La teurgia la practican gnósticos, templarios y alquimistas, La goecia, la practican hechiceros, brujos y nigromantes.
La Teurgia, la magia blanca se define como “el arte de influir conscientemente en el mundo interior”. Se caracteriza por el amor y fidelidad a Cristo, por la castidad, el sabio aprovechamiento del Ens seminis o energía creadora y por no hacer daño a otros seres o someter la voluntad de otros seres humanos. La goecia, en cambio, se caracteriza por su propósito de influir en el mundo exterior, por el odio al Cristo, la fornicación, la lujuria, el odio y daño a otro ser humano.
La fiesta de disfraces de Halloween, es una reminiscencia de los grandes sabbath, de las reuniones de brujas, de los aquelarres. Los famosos aquelarres son los lugares donde se celebran las reuniones nocturnas de brujos y brujas, que según el diccionario, no falta la figura del macho cabrío de Mendes, el Tifón Bafometo. Hoy en día, muchos teólogos combaten la celebración de esta fiesta, por ser la noche de brujas. Sostienen que los satanistas celebran esta fiesta con la esperanza de que los poderes de la sombra se eternicen, ya que, en el mundo, en la relación entre las horas de luz y de oscuridad, las tinieblas, empiezan a adquirir su nivel más alto de desarrollo.
Aquelarre, es el lugar donde las brujas celebran sus reuniones y rituales. Viene del euskera: aquelarre, “aker” (macho cabrío) y “larre” (campo). Otras etimologías dan cuenta de “aurrean” (delante); para dar el significado: frente al macho cabrío. El sabbath, es la reunión en sí, de brujos y brujas.
Sin embargo, es importante que nos detengamos un momento y hagamos nuevamente la reflexión de la dualidad. Tanto el macho cabrío de Mendes, como el sabbath, tienen doble significación y forman parte, tanto del culto de la magia blanca, como de la magia negra. Recordemos el sabbath, como día sagrado entre los judíos.
En este sentido, Eliphas Levi, en su obra: Dogma y Ritual de la Alta Magia, afirma: El dogma de Zoroastro, mal comprendido, la ley mágica de las dos fuerzas que constituyen el equilibrio universal, han hecho imaginar a algunos espíritus ilógicos una divinidad negativa, subordinada, pero hostil a la divinidad activa. Es así como se forma el binario impuro. Se ha tenido la locura de dividir a Dios; la estrella de Salomón fue separada en dos triángulos, y los maniqueos imaginaron una trinidad de la noche.
Ese dios malo, nacido en la imaginación de los sectarios, se convirtió en el inspirador de todas las locuras y de todos los crímenes. Se le ofrecieron sangrientos sacrificios; la idolatría monstruosa reemplazó a la verdadera religión; la magia negra hizo calumniar la alta y luminosa magia de los verdaderos adeptos, y hubo en las cavernas y en lugares desiertos horribles conventículos de brujos y vampiros, porque la demencia se cambia pronto en frenesí, y de los sacrificios humanos a la antrofagia, no hay nada más que un paso.
Los misterios del sabbat han sido diversamente referidos; pero figuran siempre en los grimorios y en los procesos de magia. Pueden dividirse todas las revelaciones que se han hecho a este respecto en tres series:
1. Los que se refieren a un sabbat fantástico e imaginario;
2. las que traicionan los secretos de las asambleas ocultas de los verdaderos adeptos;
3, las revelaciones de las asambleas locas y criminales, teniendo por fin las prácticas de la magia negra.
Para un gran número de desdichados y de desdichadas, entregados a estas locas y abominables prácticas, el sabbat no era más que una amplia pesadilla en la que los sueños parecían realidades, y que ellos mismos se procuraban por medio de brebajes, fricciones y fumigaciones narcóticas”.
Afirma, más adelante Levi, que: el sabbat, no ha sido siempre un sueño y ha existido realmente; aun existen asambleas secretas y nocturnas, en donde se han practicado o se practican los ritos del antiguo mundo; de esas asambleas, las unas tienen un carácter religioso y un fin social, no siendo las otras más que conjuraciones u orgías. Es desde este doble punto de vista, como vamos a considerar y a describir el verdadero sabbat, sea de la magia luminosa, sea de la magia de las tinieblas.
La divina Gnosis enseña que la cabra, alegorizando el macho cabrío de la antigua ciudad egipcia de Mendes, también tiene un doble significado y se relaciona con el Arcano 15 de la Cábala, con el Tifón Bafometo, la constelación de la Ballena, la pasión animal y el trabajo con el Diablo, simbolizado en las luchas entre Miguel y el Dragón o San Jorge y el Dragón. Este es el misterio del Bafometo, que nos enseña que “el alquimista debe robarle el fuego al diablo” con la práctica del gran arcano; es decir aprendiendo a redimensionar su sexualidad, practicando el coito sin fornicación, en pareja (mujer-hombre), en un hogar legítimamente constituido.
Finalmente, debemos entender que la brujería existe, que hay lugares donde practican sus inmundos aquelarres, como el famoso salón de la brujería, la capital principal de todas las abominaciones de la magia negra, el castillo de Klingsor, “santuario de tinieblas, oportunamente citado por Richard Wagner en su Parsifal”. Explica, el Presidente fundador de las instituciones gnósticas: Samael Aun Weor, en su obra El Misterio del Aureo Florecer, que: “Los martes y sábados a la media noche allí se reúnen esas calchonas con sus zánganos para celebrar sus orgías”.
Sin embargo, como enseña el venerable maestro: muchas personas honorables y hasta religiosas cargan dentro el yo de la brujería, que es indispensable eliminar. Por eso, sentencia el maestro: “Todo ser humano, aunque esté en la senda del filo de la navaja, es más o menos negro en tanto no haya eliminado (el ego), el yo pluralizado”.
Simbolismo
De acuerdo con la Cosmovisión gnóstica, las fiestas de Halloween, Todos los Santos y día de muertos, se relacionan con el trabajo interior que cada ser humano debe realizar sobre sí mismo, si quiere alcanzar la Navidad del corazón. Conforme a la ley de Tres principios, las tres fiestas se hayan íntimamente relacionadas. Halloween, la víspera de Todos los Santos, se asocia, con el período de oscuridad en el que nos encontramos, en tanto tengamos la conciencia dormida y no logremos la iluminación. Es el período, en el que en el hemisferio norte, se empiezan a sentir con más intensidad las heladas temperaturas, que nos recuerda el frío de nuestra naturaleza lunar. Halloween es la fiesta de los muertos vivientes, los zombies, las personas que deambulan por el mundo con la conciencia dormida.
En Halloween, las gentes gustan vestirse de brujas, brujos y magos. Muchas veces, sin establecer diferencias entre la magia blanca y la magia negra. Los gorros cónicos y las escobas son símbolos fálicos. En el sexo está la gran batalla entre la luz y las tinieblas. La diversidad sexual es de carácter vertical. En lo más alto, se encuentran quienes se mantienen en castidad, fieles al Cristo y sin fornicar, ni cometer adulterio. Hacia abajo, se encuentran los odiadores de Cristo, los fornicarios, adúlteros, quienes rechazan el sexo; pero también los abusadores sexuales, quienes realizan practicas sexogenitales contra natura, quienes abusan de menores y los violadores sexuales; entre otros.
La varita mágica, el bastón, el báculo, la cerbatana y la flauta hacen referencia a la columna vertebral, donde se encierran los poderes que divinizan. Las tradiciones esotéricas de todos los pueblos enseñan que en la base de la columna vertebral, duerme la serpiente ígnea de los mágicos poderes: Kundalini. La serpiente sagrada se despierta con la magia. Si es magia blanca asciende y forma la varita mágica, el bastón de los patriarcas y enciende los centros nerviosos de poder que abren las facultades superiores del ser humano: telepatía, clarividencia, intuición; entre otras. Si la serpiente se despierta con magia negra, entonces se precipita hacia el submundo y quien la despierte negativamente desarrolla en el mundo astral, la cola del satán.
Otros gustan vestirse con trajes de formas monstruosas, desencarnados o murciélagos y vampiros, los moradores de cavernas oscuras. Esas formas monstruosas, son las de Ego o yo pluralizado, verdaderos monstruos que en nuestro interior cargamos. El Kalki Avatar explica en su obra Rosa Ígnea que en el camino de la oscuridad a la luz, debemos encender 33 cavernas que se encuentran en oscuridad. Eso se logra cuando las 33 vertebras de la columna vertebral se iluminan con el fuego sagrado. En Mesoamérica, antiguamente existió un culto al dios Murciélago. En el Popol Wuj se narra el relato de la pareja de hermanos esposos Hunahpú (Junajpu) e Ixbalanqué (Xbalamque) que debieron pasar por la prueba de la casa del murciélago y donde Hunahpú pasa por la simbólica decapitación, similar a la de Juan Bautista.
El Buda Maitreya, en el capítulo titulado: El dios Murciélago, de su obra Magia Crística Azteca, da valiosas explicaciones muy oportunas para el tema y relativas al culto al dios Murciélago en el templo mayor en la antigua Tenochtitlan: “Entre las cámaras secretas de este templo de misterios existió el tzinakalli (la casa del murciélago) espacioso salón con aspecto interior de sombría caverna donde tenían lugar los rituales de iniciación para alcanzar los altos grados de caballero ocelotl (tigre) y caballero kuauhtli (águila). Sobre el dintel de la pequeña puerta disimulada en el muro interior del fondo de la caverna, la cual daba paso al templo, colgaba un gran espejo de obsidiana y frente a esa pequeña puerta ardía en el suelo una hoguera de leña de pino”.
“El candidato a la iniciación era llevado al tzinakalli donde quedaba solo a altas horas de la noche. Se le había indicado que caminara a través de la oscuridad hacia la luz de una hoguera y que, frente a ella, hablara al guardián del umbral: «Soy un hijo de la gran luz; tinieblas apártense de mí». Los murciélagos comenzaban a revolotear y a chillar sobre la cabeza del candidato. La leña de pino se iba apagando, solo quedaba en ella el rescoldo, cuyo fuego se reflejaba en el espejo. De repente, ruidoso batir de alas, un alarido aterrador y una sombra humana, con alas de murciélago y maxtlatl alrededor de la cintura, emergía de la oscuridad amenazando con su pesada espada decapitar al intrépido invasor de sus dominios”.
“¡Ay del candidato que retrocedía aterrado! Una puerta, que hasta entonces había permanecido hábilmente disimulada en la roca, se abría en silencio y en el quicio aparecía un extraño señalando el camino del mundo de los profanos de donde el candidato había venido”.
“Pero si el candidato tenía la presencia de ánimo suficiente y resistía impávido la embestida de Kamazotz (el dios de los murciélagos), la pequeña puerta, oculta frente a él, se abría suavemente y uno de los maestros se adelantaba a su encuentro para descubrir e incinerar a la efigie del candidato, modelada en papel de amate y oculta entre las sombras de la caverna, mientras los demás maestros daban al candidato la bienvenida y lo invitaban a entrar en el templo. Ritual que simboliza a la muerte de las pasiones de la personalidad del iniciado en su paso de las sombras a la luz”.
“A través de las pruebas de la ordalía a que eran sometidos los candidatos a iniciados en las antiguas escuelas de misterios nawas, el alma animal de estos se retrataba a veces como murciélago porque, como el murciélago, el alma de ellos estaba ciega y privada de poder por falta de luz espiritual del Sol”.
“Como vampiros, los depravados y avaros se arrojan sobre sus presas para devorar las sustancias vivas que hay en ellas y después, deambulando perezosamente, regresan a las sombrías cavernas de los sentidos donde se ocultan de la luz del día como todos los que viven en las sombras de la ignorancia, de la desesperación y del mal”.
“El mundo de la ignorancia está gobernado por el temor, el odio, la codicia y la lujuria. En sus sombrías cavernas vagan los hombres y mujeres que solo se mueven al vaivén de sus pasiones. Solo cuando el hombre realiza las verdades espirituales de la vida, escapa de ese subterráneo, de esa maldita caverna de murciélagos donde Kamazotz, que muchas veces mata con su sola presencia, permanece oculto acechando a sus víctimas. El sol de la verdad se levanta en el hombre e ilumina a su mundo cuando este eleva su mente desde la oscuridad de la ignorancia y el egoísmo hacia la luz de la sabiduría y el altruismo. Símbolo de este estado de conciencia en el hombre son los ojos de águila que, sobre los tarsos de los pies de Koatlikue, tratan de ver hacia el infinito”.
Tal como hemos explicado con el simbolismo del Carnaval, las máscaras grotescas representan la falsa personalidad. Las máscaras y los antifaces de la falsa personalidad, esconden e impiden la manifestación de la Esencia y contribuyen a que la conciencia duerma. La variedad de disfraces se corresponde con la multiplicidad del Ego o yo psicológico.
En el samhaim, los antiguos celtas encendían hogueras. Esto nos recuerda que tenemos que encender nuestra propia hoguera interior, iluminar las cavernas íntimas, las diferentes guaridas del Ego, iluminar la calabaza interior para sobrevivir a los ataques del Ego. La calabacera, la planta de la calabaza, que en Guatemala, recibe el nombre de ayote y es cosechado por esta época, constituyéndose en un postre tradicional de noviembre; tiene relación con la mente y con los peces del mar, con la glándula pineal y los órganos sexuales. Samael Aun Weor, explica en su obra: Rosa Ígnea que: “La corriente de vida que pasa por los peces del mar, es la misma que pasa por la familia vegetal de la calabacera. El alma o elemental de la calabacera tiene poderes sobre las multitudes, tal como se entrevé en el capítulo 4 del libro de Jonás. Relacionado con la calabacera que le daba sombra al profeta.
Las fiestas relacionadas con el samhaim, son favoritas de la magia negra ya que simbólicamente marcan el período en el que el Cristo Sol se debilita, ya que inician los días más cortos del año, hasta llegar al solsticio de invierno, la noche más larga. Simbólicamente corresponden al período en el que el mal, las tinieblas, quieren vencer a la luz, a lo divinal. Pero, también estas fiestas, nos llaman a iluminar nuestra propia calabaza (la mente grosera o mente materia) con la luz que resulta de la aniquilación de nuestros agregados psíquicos y del trabajo en la novena esfera. El arrepentimiento sincero facilita todos estos procesos.
Solo con la eliminación del Ego y la auténtica castidad y sin fornicación, conservando y aprovechando el ens seminis podemos sobrevivir el período de oscuridad de la época, entrar al reino de todos los santos y prepararnos para el nacimiento del niño de oro de la Alquimia en Navidad.