Introducción
El psiquiatra norteamericano: Brian Weiss, autor de «Muchas vidas y muchos maestros», «A través del tiempo», “Solo el amor es real” y muchas obras más, en una entrevista explica cómo a partir del tratamiento que aplicó a una paciente a quien él llama simplemente: «Catherine», fue encontrándose con la realidad de las vidas pasadas de sus pacientes:
“Esta paciente tuvo un efecto muy profundo en mi vida porque yo era un científico, había escrito bastantes libros y ensayos y mi reputación académica era notoria, estaba alcanzando incluso renombre internacional en psico-farmacología. Pero cuando comencé a trabajar con Catherine la visión que tenía de la vida y la muerte cambiaron por completo. Entonces se me habría podido definir como un agnóstico. Creía en la ciencia, en la lógica, en los valores del hemisferio cerebral derecho. Esto aconteció hace 23 años y desde entonces he tratado a 3.500 pacientes más. Empecé a investigar en áreas como la reencarnación y la conciencia humana sobre las que nunca se me ocurrió que podría llegar a investigar. En fin, cambió mi sistema de valores, me di cuenta de lo que era importante y lo que no”.
De su trabajo en la actualidad, Weiss afirmó que: “Nunca he dejado de investigar y sigo siendo muy crítico. No sería científico aceptar las cosas sin evaluarlas cuidadosamente. Sin embargo, ahora soy más intuitivo. Sigo atendiendo pacientes y fundamentalmente hago regresiones, pero sobre todo estudio la conciencia. Por ejemplo, ¿cómo puede alguien saber lo que está ocurriendo en un momento determinado a seis mil kilómetros de distancia? ¿Cómo establecen los médiums contacto con los espíritus de difuntos? Estudio todo esto. No digo que todo sea religión o espiritualidad, sino algo científico. Se trata de energías y habilidades que tenemos para las que todavía carecemos de explicaciones científicas, pero las tendremos muy pronto”.
Weiss nos da el testimonio de un científico acerca de la «Reencarnación», la transmigración de las almas o la recurrencia eterna y el «eterno retorno de las almas» desde el punto de vista científico.
Pero desde la perspectiva religiosa: en todas las antiguas religiones se enseñaba esta verdad objetiva. Los filósofos griegos: Pitágoras, Sócrates y Platón, se refieren a ella. Los textos de la India hacen mucha referencia al respecto. ¿Y la Biblia?
La reencarnación de Elías, el Profeta
Citamos a continuación este versículo elocuente: En el capítulo 11 del Evangelio de Juan, se narra el diálogo entre Jesús y dos discípulos de Juan Bautista. Y al referirse a este, en el versículo 14, el Señor afirma: «Y si quieres recibirlo, él es aquel Elías que había de venir».
Es claro que el profeta Elías vivía muchos años antes de Jesús, en la época de Reyes y en este diálogo, el divino rabí de Galilea explica que Juan el Bautista es la reencarnación del profeta Elías.
En el capítulo 17:10-12, lo reafirma: «Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas les digo que Elías, ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron».
En el último libro del Antiguo Testamento, atribuido a uno de los doce profetas menores: Malaquías, se lee lo siguiente: He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. (Mal 4:5)
En el Evangelio de Juan, capítulo 9 se lee la historia del diálogo de Jesús y sus discípulos respecto de un ciego de nacimiento: «Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego?»
El Eterno Retorno en el Antiguo Testamento
Es indudable que los judíos de esa época sabían de la ley del Karma y de que muchas enfermedades tenían origen en vidas pasadas. En apoyo de lo anterior, transcribimos algunos versículos de Eclesiastés, en el Antiguo Testamento:
«Generación va, y generación viene; mas la Tierra siempre permanece. Sale el Sol, y se pone el Sol, y se apresura a volver al lugar de dónde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar, nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del Sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después» (Ec 1:4-11).
Es indudable que si «no hay nuevo bajo el Sol», los seres humanos que tenemos actualmente cuerpo físico y vivimos en el planeta Tierra, tampoco somos nuevos. Tampoco es primera vez que estamos viviendo en la Tierra.
El problema del hombre occidental es que en su paradigma del tiempo cree que este es lineal, cuando todas las antiguas culturas concibieron el tiempo como circular.
Respecto de la recurrencia eterna o la repetición incesante, Pedro Ouspensky en el capítulo titulado: El Eterno retorno y las leyes de Manú, de su obra: “Un Nuevo Modelo del Universo, explica lo siguiente:
Jesús indudablemente supo de la repetición y hablaba de ella con sus discípulos. En los Evangelios hay muchas alusiones a esto, pero el pasaje mas incuestionable, que tiene un significado definido en los textos griego, eslavo y alemán, ha perdido su significado en las traducciones a otras lenguas, que tomaron la palabra más importante de la traducción latina. “Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración… (Mat. 19, 28).
En alemán las palabras έν τη παλιγγενεσία. son traducidas “in der Wiedergeburt”. El griego παλιγγενεσία, el eslavo y ruso pakibytie, el alemán Wiedergeburt, pueden ser traducidos solo como existencia repetida (nueva existencia) o nacimiento repetido (nuevo nacimiento). En latín esta palabra fue traducida como regeneratio, que en el primer significado correspondía a nacimiento repetido. Pero más tarde, debido al uso de la palabra regeneratio (y sus derivados) en el sentido de renovación, perdió su significado original.
Diferencia entre retorno y reencarnación
Ahora bien, es preciso aclarar conceptos. ¿Qué es lo que retorna incesantemente a este valle de lágrimas? Después de la desencarnación, la Esencia maravillosa atrapada entre el Ego y este a su vez, envuelto en los cuerpos sutiles lunares, busca la luz astral y se sumerge un tiempo en la quinta dimensión. De acuerdo con las leyes que rigen las causas de la existencia, un día determinado, esa Esencia y su Ego envuelto en los cuerpos lunares, volverá a iniciar una nueva vida.
En este sentido, el venerable maestro Samael Aun Weor, en su obra: “El Misterio del Aureo Florecer, explica que: “Los egos retornan incesantemente para repetir dramas, escenas, sucesos, aquí y ahora. El pasado se proyecta hacia el futuro a través del callejón del presente. La palabra reencarnación es muy exigente; no se debe usar de cualquier manera: nadie podría reencarnificarse sin haber antes eliminado el Ego, sin tener de verdad una individualidad sagrada.
Encarnación es una palabra muy venerable; significa de hecho la Reincorporación de lo Divinal en un hombre. Reencarnación es la repetición de tal acontecimiento cósmico; una nueva manifestación de lo Divino…”
Más adelante, explica el Avatar de la Era de Acuario que: “Normalmente dichos «agregados psíquicos» se procesan en los mundos astral y mental. Raras son las esencias que logran emanciparse por algún tiempo de entre tales elementos subjetivos, para gozar de unas vacaciones en el mundo causal antes del retorno a este valle de lágrimas.
Por estos tiempos tenebrosos del Kali-Yuga la vida celeste entre la muerte y el nuevo nacimiento se hace cada vez más imposible… la causa de tal anomalía consiste en el robustecimiento del Ego animal; la Esencia de cada persona está demasiado atrapada por el yo pluralizado.
Los egos normalmente se sumergen dentro del reino mineral en los mundos Infiernos, o retornan en forma inmediata, o mediata, en un nuevo organismo. El Ego continúa en la semilla de nuestros descendientes; retornamos incesantemente para repetir siempre los mismos dramas, las mismas tragedias. Debemos hacer hincapié en eso de que no todos los agregados psíquicos logran tal humano retorno; realmente muchos yoes diablos se pierden debido a que, o bien se sumergen dentro del reino mineral, o continúan reincorporándose en organismos animales, o resueltamente se aferran, se adhieren a determinados lugares.
En otros párrafos seleccionados de tan magnífica obra, el Kalki Avatar sigue explicando: “Todo ser viviente al morir se lleva más allá de la muerte el átomo simiente de su cuerpo físico. Los señores del Karma depositan tal átomo en el zoospermo fecundante a fin de que podamos reincorporarnos. El extremo del hilo magnético está unido a tal átomo… Cualquier criatura durante el sueño normal se sale del cuerpo para viajar muchas veces y a remotas distancias; el “hilo de la vida” se alarga hasta el infinito y siempre nos permite regresar al cuerpo físico. Al morir, los ángeles de la muerte cortan ese hilo plateado y entonces es obvio que ya no podemos regresar al cuerpo físico…”
En este proceso, reencarnan los grandes iniciados, los maestros de la luz, los mensajeros de lo alto, los avataras. Diferente es la condición de la mayoría de la humanidad. Respecto de la mísera condición humana, el Buda Maitreya explica: “Para los budhatas (esencias) inconscientes del valle doloroso del Samsara, todo es diferente, desencarnan sin saberlo y se reincorporan automáticamente bajo cualquier signo. En esto del retorno no existe injusticia; los maestros del Karma eligen el signo zodiacal de aquellos que duermen. Cuando inhalamos por vez primera, devenimos impregnados íntimamente por la estrella que ha de gobernar nuestra nueva existencia…
“Cada mala acción es una letra que firmamos para pagar en la vida subsiguiente. La ley de Acción y Consecuencia gobierna el curso de nuestras variadas existencias y cada vida es el resultado de la anterior. Comprender íntegramente las bases y «modus operandi» de la ley del Karma es indispensable para orientar el navío de nuestra vida en forma positiva y edificante…”
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