María Magdalena y la mujer símbolo

Contenido:
Introducción
La tradición cristiana
La mujer símbolo
La prostitución sagrada
El Código Da Vinci
El cáliz y la lanza
Los Evangelios gnósticos
Su papel en el Drama Cósmico
Pistis Sophía

Introducción

En el Drama Cósmico que se repite año con año en Primavera y que se representa o conmemora durante la Semana Santa, cada personaje que en él interviene, representa un papel importante y tiene una significado íntimo que es importante aprender. Es así como lo explica la Psicología gnóstica: las multitudes que en el juicio del Señor y en su Viacrucis gritan crucifíquenle, no son de ayer, de un remoto pasado ubicado en Tierra Santa, sino que se encuentran en nuestra propia psiquis y representan a los elementos indeseables de nuestra conducta, a nuestro querido Ego que diariamente crucifica al Cristo íntimo.

En forma similar: los tres traidores: Judas, Pilatos y Caifás, representan en su orden, al demonio del deseo, al demonio de la mente y al demonio de la mala voluntad que llevamos dentro. Judas cede ante el deseo de recibir treinta monedas y vende al Cristo íntimo. Pilatos representa a nuestra mente que siempre se lava las manos y hace que nunca sintamos culpabilidad de nada. Ante cualquier error, inmediatamente encontramos a otro culpable, pero nunca a nosotros mismos. Caifás, el más perverso de todos los traidores, es nuestra mala voluntad, quien decididamente está dispuesto a asesinar al Cristo íntimo en forma similar a como lo explican las tradiciones de los masones ocurrió con los tres traidores de Hiram Abiff.

En forma similar y conforme se explica en la Ontología gnóstica, en el Drama cósmico, los apóstoles y discípulos del Señor, representan a lo mejor de nosotros mismos, es decir, a diferentes partes autónomas de nuestro propio Ser. De esta manera, entre otros discípulos: Pedro nos enseña los misterios sexuales, Juan el camino del amor, Andrés la muerte mística, Tomás la comprensión, Santiago la fabricación del oro alquimista y Martha la humildad.

A la luz de la Antropología Gnóstica: María Magdalena representa algo extraordinario y superlativo. María Magdalena se corresponde con la mujer símbolo, con la pareja del iniciado. Por ese motivo, el Venerable Maestro Samael Aun Weor, en la introducción de su obra: “El Matrimonio Perfecto”, explica lo siguiente: La moderna humanidad ha cometido el error de separar al gran Maestro Jesús de todos sus antecesores que como él también se cristificaron; esto ha perjudicado a la humanidad actual. Necesitamos comprender cada vez mejor que todas las religiones son únicamente una sola Religión. María, la madre de Jesús, es la misma Isis, Juno, Deméter, Ceres, Maía, etc., la Madre Cósmica o Kundalini (Fuego Sexual) del cual nace el Cristo Cósmico siempre. La María Magdalena es la misma Salambo, Matra, Ishtar, Astarté, Afrodita y Venus con la cual tenemos que practicar Magia Sexual para despertar el fuego. Y en su obra: «Las Tres Montañas«, leemos: El aura solar de la Mágdala arrepentida, está constituida por todas las esposas sacerdotisas del mundo. Bienaventurados los hombres que encuentren refugio en esa aura, porque de ellos será el reino de los cielos.

Tal como lo enseñan los estudios gnósticos estudiaremos a la gran iniciada de los misterios crísticos en menor grado desde la perspectiva histórica y en mayor grado en su aspecto simbólico. Procederemos así porque de acuerdo con el Cristianismo esotérico es más importante atrapar el hondo significado que se esconde tras personajes y pasajes del Evangelio. Menos importante para la conciencia sería que nos ocupáramos de la vida privada de los actores del Drama cósmico. El propósito del enfoque gnóstico es múltiple y holístico. Contribuye decididamente a entender los principios anímicos y espirituales de todas las formas religiosas. Pero en especial, a encontrar explicaciones importantes para la búsqueda del camino hacia la luz y las realizaciones íntimas.

Marta, María Magdalena y Jesús
Marta, María Magdalena y Jesús

La tradición cristiana

Durante siglos, en la tradición cristiana se asocia con propiedad a María Magdalena con una de las discípulas de Jesús y a quien el Señor liberó de siete demonios, tal como se lee en Marcos 16:9 y Lucas 8:2. El Nuevo Testamento la ubica claramente como testigo cercano de la muerte o desencarnación del Redentor del Mundo como se lee en Mateo 27:55-56. Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. También la ubica como una de las pocas personas que estuvo en su sepultura, tal como se lee en los siguientes versículos: Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro(Mt 27:59-61).

Además, el Evangelio de Marcos, la señala como la primera testigo de la Resurrección del divino rabí de Galilea: Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios (Mr 16:9).

El sublime momento del encuentro de Jesús resucitado con María Magdalena fue registrado también en los evangelios apócrifos. Es así como en la página 110 de los “Textos apócrifos del Nuevo Testamento«, recopilados por James Carter y publicados por Editorial Sirio, podemos leer el siguiente pasaje del Evangelio de Pedro: “1. Al rayar el alba, María Magdalena, discípula del Señor, tomando consigo a varias de sus amigas, fue con ellas al sepulcro en que aquél había sido depositado. 2. Y eligió esa hora por temor a los judíos, que estaban inflamados de cólera; por eso ella no había hecho, sobre el sepulcro del Señor, lo que las mujeres acostumbran a hacer con los muertos y con los seres queridos. 3. Y las visitantes temían que los judíos las viesen, y decían: «Aunque el día en que se crucificó no hayamos podido llorar y lamentarnos, hagámoslo ahora, al menos sobre su sepulcro…”.

Sin embargo, la tradición la identifica también con María de Betania: la hermana de Marta y de Lázaro, la misma María que recibía enseñanzas especiales de Jesús, como se lee en los siguientes versículos: Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada (Lc 10:38-42).

Es María de Betania, quien ungió al Señor unos días antes de la Pascua, como se lee en el Evangelio de Juan: “Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume”(Jn 12:1-3).

Pero el atributo más controversial de todos

aquellos con los que se ha identificado en la historia cristiana a María Magdalena, es el de la pecadora arrepentida o de prostituta. Sin duda, esta suposición fue tomada al asociarla con la mujer que perfumó al Señor en casa del fariseo, como también del encuentro con la mujer adúltera.

Mujer unge los pies del Señor
Mujer unge los pies del Señor

Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. (Lc 7:36-38).

El pasaje de “la mujer adúltera«, es narrado así en el Evangelio: “ y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más”.(Jn 8:1-11).

Cristo y la mujer adúltera -Pieter Van Lint
Cristo y la mujer adúltera -Pieter Van Lint

Es oportuno reflexionar acerca de este extraordinario ejemplo de redención. Es evidente que el adulterio es un error muy grave y para los creyentes constituye un pecado mortal. Sin embargo, el vicio de la fornicación es más grave aún. Es el pecado original como se intuye en la advertencia de Jehová: Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás
. (Gn 2:16-17). Por eso motivo Pablo advierte: Huyan de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 6:19 ¿O ignoran que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en ustedes…?. (1 Co 6:18-19).

La mujer símbolo

Históricamente no está claro si María Magdalena es la misma protagonista de los pasajes dedicados en el Evangelio a María de Betania, como también de “la pecadora”. En los años recientes, ha sido motivo de intensa polémica y argumentos a favor y en contra. Desde el punto de vista del esoterismo gnóstico, lo más importante es que ella o ellas representan tres componentes de un mismo todo: a la mujer símbolo.

Virgen Negra -Nuestra señora dee la Anunciación -Moulins, Francia
Virgen Negra -Nuestra señora dee la Anunciación -Moulins, Francia

Margaret Starbird en su obra: “La Diosa en los Evangelios” publicada en español por Obelisco, plantea la tesis de que el culto a la Virgen negra, muy extendido en gran parte del Mundo en la antigüedad y el Medievo está asociado con María Magdalena y tiene su presencia más recurrente en el sur de Francia. Starbird señala que ahí, en el corazón de Francia, se ubica la abadía de Santa Magdalena en Vézelay, en donde se encuentra un altar especial dedicado a Magdalena (…) Allí se alza serena, vestida con gracia, los largos cabellos flotando bajo el velo, los brazos extendidos y las manos unidas, sujetando el cáliz ligeramente inclinado sobre la parte inferior del cuerpo. Es un cáliz lo que estrecha contra su cuerpo, en lugar del tradicional frasco de alabastro. En Vézelay, Magdalena sujeta el Santo Grial en una pose que evoca a una madre acariciando a su hijo no nacido. (Op. Cit. P.25).

Las representaciones que hacían los primeros cristianos de la Virgen con el Niño se parecían a las imágenes mucho más antiguas de la diosa egipcia Isis, la hermana-novia de Osiris, con el niño sagrado Horus, el dios de la luz, en sus rodillas. La poesía ritual correspondiente al culto de Isis y Osiris se asemeja al Cantar de los Cantares, en algunos lugares palabra por palabra. En el mundo antiguo, tanto las diosas de la Luna como las de la Tierra solían ser de color oscuro para representar el principio femenino en yuxtaposición con lo solar/masculino, en un dualismo habitual en las civilizaciones mediterráneas primitivas. Numerosas diosas se representaban negras, como Inanna, Isis, Cibeles y Artemisa, por nombrar sólo unas cuantas. Para los primeros cristianos, la diosa en los evangelios era María Magdalena, cuyo epíteto quería decir «elevada» o «atalaya/fortaleza». Como demuestran los códigos numéricos del Nuevo Testamento, la honraban como la compañera de Cristo…. (Ibid P.28 y 29).

María Magdalena -Sevilla
María Magdalena -Sevilla

Con sus palabras, Starbird asocia a María Magdalena con Isis y otras diosas, con el Santo Grial y la define como la pareja de Jesús. En relación con el Cáliz sagrado, Manuela Dunn Mascetti en su obra: “Diosas la canción de Eva”, publicada en español por Malsinet, al referirse a las sacerdotisas de la Luna y el culto celta al Santo Grial, afirma en la página 181 lo siguiente:

“Beber del cáliz garantiza la regeneración según el rito arcaico y significa participar de la sangre del rey, el amante de la diosa, que había sido sacrificado. El rey de la leyenda celta no está ni vivo ni muerto, sino que se encuentra suspendido en un estado intermedio entre la vida y la muerte, y así continuará hasta que el misterio del Grial sea revelado a un hombre mortal que haya logrado la iluminación redentora y regeneradora a través del valor y la perseverancia. Hallar el Grial es una empresa sagrada; simboliza el encuentro con nuestra propia luz, esa luz que ilumina nuestra conciencia la que nos redime del ciclo eterno de nacimiento, vida y muerte, y nos transporta a la luz eterna y santa. El misterio del recipiente es el misterio de la diosa. Ella encarna el principio de la vida eterna, reflejado en la mujer y, por lo tanto, en todos los humanos. Su poder es de tipo regenerador, ella es la que rompe el encantamiento de la rueda cíclica a la que todos los humanos estamos atados”.

“El culto a la diosa simbolizaba la búsqueda por parte del hombre de la esencia de su alma. Su mito es eterno, pues está profunda e instintivamente vinculada al destino de la humanidad. Sólo a través de la conciencia del poder femenino de recibir y producir, una y otra vez, la humanidad alcanzará por fin la liberación definitiva”.

Dunn y Starbird coinciden en el poder que da la unión hombre-mujer simbolizada en el Cáliz y la unción en Betania: “La unción de Jesús en los Evangelios es una representación de los ritos del culto de la fertilidad vigentes en Oriente Medio en la antigüedad. Al verter el precioso ungüento de nardo sobre la cabeza de Jesús, la mujer que, según la tradición, se identifica como «la Magdalena» («la grande»), realizó un acto idéntico al rito matrimonial del hieros gamous, el rito de la unción del Novio/Rey elegido por parte de la representante real de la Gran Diosa”.

Basílica de Santa María Magdalena, Vezelay, Francia.
Basílica de Santa María Magdalena, Vezelay, Francia.

“Las partes más importantes de esta historia, que figura en los cuatro Evangelios cristianos, recuerdan los mitos que se festejan en los cultos paganos de la fertilidad en Oriente Medio, como los de Tammuz, Dumuzi y Adonis. En los rituales paganos en torno a los mitos antiguos, la diosa (la hermana/novia) va a la tumba del jardín para llorar la muerte de su novio y se alegra al ver que ha resucitado. «El amor es más poderoso que la muerte» es la conmovedora promesa del Cantar de los Cantares y la poesía amorosa similar de Oriente Medio, que celebran estos ritos antiguos del matrimonio sagrado”. ( Margaret Starbirdl. Op. Cit. P. 48 y 49).

La prostitución sagrada

Y en relación con el papel de mujer adúltera o prostituta que se le asigna en la tradición a María Magdalena, Shahrukh Usain, en su obra: “La diosa”, publicada en español por Evergreen da una interesante explicación a lo que se denomina la “prostitución sagrada”. Es así como en el capítulo titulado: “La vida sexual de la diosa”, página 92, se lee: la sexualidad de la diosa fue muy valorada y respetada: se representaba en los dramas rituales, era emulada por las sacerdotisas e imitada por sus seguidores en rituales orgíásticos. Además, la vida sexual de la diosa sentó las bases del sistema de prostitución sagrada de las sociedades en las que la copulación formó parte de la representación sacramental del divino acto de la creación.

Más adelante, en la página 98, Usain explica que: “La prostitución sagrada fue una extendida y honrosa forma de culto religioso en muchas civilizaciones antiguas –como Oriente Próximo, Grecia y Roma – y restos de esta práctica perduran en la India moderna, donde el culto a la diosa no ha desaparecido. Los apelativos de la prostituta, llamada devadasi en India y hieródula en Grecia, indican que se trata de la «sierva de la divinidad»…”

En la página 100 de su obra Husain explica que en ciertas religiones de los últimos tiempos, se optó por denigrar a la diosa (podríamos inferir que por supremacía de género): “El modo más evidente de atacar a la divinidad femenina consistió en criticar a sus sacerdotisas, que a menudo eran prostitutas, y en negar la santidad del sexo, que desempeñó un papel tan importante en el culto a la diosa”. Sostiene además Husain que “María Magdalena parece la antítesis de la madre de Cristo, la encarnación del elemento sexual totalmente erradicado de la naturaleza de la virgen”. (Op cit. P. 106).

Cena en Betania
Cena en Betania

Husain, explica además el culto a la sexualidad de la Gnosis desde los tiempos antiguos: María Magdalena es una de las figuras fundamentales del gnosticismo, antigua filosofía mística que se basó e influyó profundamente en el cristianismo de los siglos II y III… En tanto ramera arrepentida, Magdalena estaba versada en los conocimientos mundanos y como confidente o, según algunas tradiciones, consorte de Cristo, era el receptáculo de la sabiduría espiritual… los gnósticos intentaban unirse con Dios mediante un aprendizaje intensivo y una apasionada devoción equiparable al amor sexual, de donde viene la condena de la veneración de la cópula por parte de los padres de la Iglesia. (Ibid P. 107).

El Código Da Vinci

Dan Brown en su famoso Best seller popularizó mundialmente las leyendas francesas asociadas con María Magdalena y nos plantea una perspectiva distinta y novedosa para estudiar “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci: “Ahora, por fin, el fresco ha vuelto a verse como lo pintó Leonardo, y se ha dejado sólo la capa de pintura que él empleó. Et voilá. Sophie se acercó más a la imagen. La mujer a la derecha de Jesús era joven y de aspecto puro, con un rostro discreto, un hermoso pelo rojizo y las manos entrelazadas con gesto sereno. «¿Y esta es la mujer capaz de destruir ella sola la Iglesia?»
—¿Y quién es? —preguntó.
—Esa, querida, es María Magdalena.
—¿La prostituta?
A Teabing se le cortó la respiración, como si aquella palabra le hubiera insultado personalmente.
—Magdalena no era eso que dice. Esa desgraciada idea errónea es el legado de una campaña de desprestigio lanzada por la Iglesia en su primera época. Le hacía falta difamar a María Magdalena para poder ocultar su peligroso secreto: su papel como Santo Grial.
—¿Su papel?

La última cena -Leonardo Da Vinci
La última cena -Leonardo Da Vinci

—Como he dicho —aclaró Teabing—, la Iglesia primitiva necesitaba convencer al mundo de que Jesús, el profeta mortal, era un ser divino. Por tanto, todos los evangelios que describieran los aspectos , «terrenales» de su vida debían omitirse en la Biblia. Por desgracia para aquellos primeros compiladores, había un aspecto «terrenal» especialmente recurrente en los evangelios: María Magdalena. —Hizo una pausa—. Y, más concretamente, su matrimonio con Jesús. —¿Cómo dice? —Sophie miró un instante a Langdon. —Está documentado históricamente. Y no hay duda de que Leonardo tenía conocimiento de ello. En La última cena prácticamente le está gritando al mundo que Jesús y Magdalena son pareja”.

Y más adelante Dan Brown acude a los Evangelios gnósticos para fundamentar sus argumentos: “Teabing dio finalmente con un ejemplar enorme. Tenía las cubiertas de piel y era de gran tamaño, como uno de esos grandes atlas. En la tapa se leía el título: Los Evangelios Gnósticos. Lo abrió y Langdon y Sophie se acercaron a él para verlo mejor. Sophie veía que contenía fotografías de lo que parecían ser pasajes ampliados de documentos antiguos, papiros deteriorados con textos manuscritos No reconocía la lengua en que estaban escritos, pero en las páginas de la izquierda estaban impresas las traducciones. Son las copias de los rollos de Nag Hammadi y del Mar Muerto de los que hablaba antes. Los primeros documentos del cristianismo. Curiosamente, no coinciden con los evangelios de la Biblia. —Fue pasando hojas y, más o menos hacia la mitad del libro señaló un párrafo—. El evangelio de Felipe es siempre un buen punto de arranque. Sophie lo leyó”.

El cáliz y la lanza

Longinos, lanzada a Jesucristo -Rubens
Longinos, lanzada a Jesucristo -Rubens

Es oportuno explicar que para en la divina Gnosis, se veneran muy especialmente dos reliquias santas asociadas con el drama del Gólgota y por qué no decirlo: con la sexualidad sagrada, con el tantrismo blanco. Estas reliquias son el cáliz y la lanza que se corresponden con los misterios del lingam-yoni.

Para explicar un poco más el profundo significado fálico de la lanza sagrada, el Kalki Avatar, en el capítulo titulado: “La lanza esotérica” de su obra “El Misterio del Aureo florecer” explica: “La lanza esotérica crística del Santo Grial y la pagana asta de los pactos mágicos, ostentada por Wotan, es una misma pica bendita tenida por sagrada en todos los pueblos desde la más remota antigüedad.

Sea en verdad, por tener un carácter fálico y simbólico del poder sexual viril, sea por tratarse de la arcaica arma de combate que en el amanecer de la vida pudo imaginar el hombre, es lo cierto que el asta romana era, como es sabido, algo así como la Balanza de la Justicia, presidiendo a todas las transacciones jurídicas del primitivo derecho quiritario o de la lanza (Kyries), y muy especialmente a las nupcias, entre los que gozaban del derecho de ciudadanía, por cierto muy preciado.

Y al referirse a las tradiciones relacionadas con el Santo Grial, el Avatar de la Era de Acuario, en el capítulo titulado: “El cáliz y la lanza” de su obra: “El Parsifal develado”, explica ampliamente en qué consiste esta reliquia santa y su hondo significado: “Se nos ha dicho que el gran cáliz estuvo en poder de Abraham; se nos informa que Melquisedec, el genio de la Tierra o Changam -como también se le llama-, lo llevó del país de Semíramis a la tierra fecunda de Canaán; Esto sucedió en aquella época en que nuestro regente planetario empezó algunas fundaciones, en el bendito lugar donde más tarde estuvo Jerusalén la ciudad querida de los profetas”.

“Antiguas tradiciones que se pierden en la noche de los siglos, afirman que Melquisedec lo utilizó litúrgicamente cuando celebró el sacrificio en que ofreció el pan y el vino de la transubstanciación en presencia de Abraham y que se lo dejó a ese Patriarca. Algunas leyendas viejísimas aseguran enfáticamente que este vaso Divinal estuvo también en el arca de Noé. No está de más asegurar que esta venerada reliquia fue llevada a Egipto y que Moisés la poseyó”.

“Estaba hecha de una materia muy singular, compacta como la de una campana y francamente no tenía el aspecto de haber sido trabajada como los metales; más bien parecía ser el producto de una especie de vegetación. La reina de Saba sometió al rey Salomón a muchas pruebas antes de hacerle depositario de tan sublime reliquia. El Gran Kabir Jesús el Cristo, la tuvo en su poder cuando celebró la última Cena y en tal vaso bebió el vino de la Santa Eucaristía”.

“El senador romano José de Arimatea, al pie de la cruz en el Calvario, recogió en esa copa las gotas purpurinas de sangre que manaban de las heridas del Adorable. Dicen las tradiciones que el mencionado senador, inteligente y sabio cual ninguno, supo guardar secretamente tan preciado tesoro. El precio de su sagrado celo resultó muy caro, pues al negarse aquel varón a entregar a la policía romana el vaso sacrosanto y la lanza de Longinos, fue entonces hecho preso”.

“Muchos años después, José de Arimatea, ya libre, portando las santas reliquias se fue a Roma en busca de cristianos, más viendo las persecuciones que allí existían, continuó su camino por las regiones del Mediterráneo. Dicen las escrituras antiguas, que una noche en sueños fue visitado el viejo Senador por un ángel quien le dijo: «Ese vaso tiene un poder magnético muy grande, pues en él está contenida la sangre del redentor del mundo, entiérrala allá». «Entonces aquel anciano vio el templo de Montserrat en Cataluña, España«. José de Arimatea concluyó su terrible misión guardando en tal templo estas arcaicas reliquias.”.

Los Evangelios gnósticos

María Magdalena y Jesús resucitado -Tiziano
María Magdalena y Jesús resucitado -Tiziano

En la tercera edición de la versión de “Los Evangelios gnósticos«, compilados por David Gerz, y publicada por Editorial Sirio, encontramos una referencia de María Magdalena que establece su gran linaje y a la vez la vincula con la tradición esotérica de las Tres Marías. El párrafo en cuestión se encuentra en el Evangelio de Felipe, página 81: 33. Había tres Máriames que caminaban todo el tiempo con el Amo: su madre, su hermana y la Magdalena, ella que es llamada su pareja. Así su verdadera Madre, Hermana y Pareja, también se llama Máriam.

Más adelante en el Evangelio de Felipe, página 83 de la obra citada se lee: Y la pareja de Cristo es Máriam Magdalena. El Amo amaba a Máriam más que a todos los demás discípulos, y él la besaba a menudo en su boca. Le dijeron: ¿Por qué la amas a ella más que a todos nosotros? El Salvador respondió: ¿Por qué no os amo a vosotros como a ella?

El amor entrañable del Señor a María Magdalena y la capacidad de ella por comprender su enseñanza provocó más de alguna discusión entre los discípulos, como el siguiente párrafo que se encuentra en el capítulo 25 de Pistis Sophía: “.Y cuando Jesús terminó de decir estas palabras a sus discípulos, les dijo: ¿Comprenden la forma en que discurro con ustedes?.
Pedro se adelantó y dijo a Jesús: Mi Señor, no soportaremos a esta mujer, pues nos quita la oportunidad y no nos ha dejado hablar a ninguno de nosotros, ya que discurre muchas veces.
Y Jesús, respondiendo, dijo a sus discípulos: Dejen que aquél en quien habrá de agitar el poder de su espíritu se adelante y hable, para que comprenda lo que dijo…”.

En las páginas 43 y 44 de la versión del Evangelio de María que forma parte de los “Textos Apócrifos del Nuevo Testamento” compilada por James Carter y publicada por Editorial Sirio, se encuentra el capítulo V en el que se lee un pasaje por demás interesante en el que se narra un diálogo entre los discípulos después de que el Maestro les diera la instrucción de predicar el Evangelio y se marchó. Ahí se lee lo siguiente:

“1. Pero ellos quedaron apesadumbrados. Lloraban tristemente lamentándose: «¿Cómo iremos a los gentiles y predicaremos el Evangelio del Reino del Hijo del Hombre? ¿Si no le hicieron caso a él, cómo nos van a hacer caso a nosotros?». 2. Entonces María se puso de pie, saludó a todos sus hermanos y les dijo: «No lloréis, no os apenéis y no seáis temerosos, porque Su Gracia estará totalmente con vosotros y os protegerá. 3. »Por lo tanto alabemos Su grandeza, porque Él nos ha preparado y nos ha enviado a los hombres». 4. Después de que María hubo dicho esto, sus corazones se volvieron hacia el Bien, y empezaron a discurrir las palabras (del Salvador). 5. Pedro dijo a María: «Hermana, sabemos que el Salvador te amó más que al resto de las mujeres. 6. »Dinos las palabras del Salvador que recuerdes, las que sabes pero que nosotros ni tenemos ni hemos oído». 7. María contestó, diciendo: «Lo que esté oculto a vosotros yo os lo mostraré». 8.Y empezó a hablarles con estas palabras: «Yo vi al Señor en una visión y le dije: “Señor, te vi hoy en una visión”. Él contestó y me dijo: 9. »”Bendita eres porque no flaqueaste al verme. Porque donde está la mente está el tesoro”.

Más adelante, en el capítulo 9, página 46 y 47 viene una discusión muy complicada: “1. Cuando María hubo dicho esto, quedó en silencio, pues hasta ahí el Salvador le había hablado. 2. Pero Andrés respondió y dijo a los hermanos: «Decid lo que queráis sobre lo que ella ha contado. Yo no creo que el Salvador haya dicho esto. Porque ciertamente estas enseñanzas son ideas extrañas». 3. Pedro respondió y habló sobre estas mismas cosas. 4. Les preguntó acerca del Salvador: «¿Realmente habló de forma privada con una mujer y no abiertamente con nosotros? ¿Vamos a preocuparnos y a escucharla a ella? ¿Acaso Él la prefirió a nosotros? ».

Continúa el diálogo de esta manera: “5. Entonces María se echó a llorar y preguntó a Pedro: «Hermano mío, Pedro, ¿qué piensas? ¿Piensas que he inventado todo esto o que estoy mintiendo acerca del Salvador? ». 6. Leví se levantó y dijo a Pedro: «Pedro, siempre has sido acalorado. Ahora veo que estás enfrentándote contra esta mujer como si fuera un adversario. 7. »Pero si el Salvador la consideró digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Seguramente el Salvador la conoce muy bien. Por eso la amó a ella más que a nosotros. Por lo tanto deberíamos avergonzarnos, adoptar al hombre perfecto, separarnos como nos ordenó y predicar el Evangelio, no poniendo otra regla ni otra ley más allá de lo que el Salvador dijo». 8. Después (…) empezaron a proclamar la palabra y a predicar”.

Para muchos estudiosos la discusión entre Pedro y María Magdalena, como también el puñal de Pedro en la “Cena de Da Vinci” define la lucha entre la Iglesia fracasada y la Iglesia militante. El Avatar de la nueva Era en su obra: “La magia de las runas” explica que: Existen tres Iglesias: Primera, la triunfante; representada brillantemente por los pocos caballeros del Grial que han resistido puros; segunda; la fracasada, la de aquellos que aborrecen la Piedra iniciática; tercera; la militante, la de esos otros que como María Magdalena, Pablo de Tarso, Kundry y Anfortas, todavía se revelan contra el fuego luciferino, seductor.

Su papel en el Drama Cósmico

María Magdalena, embarazada y al pie de la cruz
María Magdalena, embarazada y al pie de la cruz

Richard Wagner en su opera El Parsifal, le otorga a Kundry, atributos similares a los de María Magdalena. En dicha obra, Kundry, lleva al rey del Grial un pomo de cristal que contiene un bálsamo maravilloso para sanar su adolorido corazón. En esta ópera maravillosa, Kundry intuye que solo puede liberarse del poder tenebroso del mago negro Klingsor si en su camino encuentra un hombre fuerte capaz de vencerse a sí mismo y de rechazarla.

El Buda Maitreya en el capítulo titulado: “El Tercer acto” de su obra: “El Parsifal develado”, escribió lo siguiente: «Entre ambos conducen a Parsifal hasta el borde de la fuente, mientras Kundry le desata las grebas y le baña los pies, al par que el ermitaño le despoja de las viejas vestiduras negras del dolor y de la lucha, dejándole sólo en la blanca túnica del neófito que es la nueva túnica de la pureza, expurgado ya todo viejo fermento de pecado, que diría San Pablo».

«KUNDRY, luego, unge los pies del elegido, vertiendo sobre ellos el contenido de un pomito de oro que ocultaba en su seno.»Cual nueva Magdalena, le seca con sus propios cabellos, a tiempo que Gurnemanz le unge también la cabeza como a futuro rey, bautizándole como redentor del Grial, y como a sapiente por la compasión»… «El inefable idilio comúnmente llamado Los encantos del Viernes Santo, resuena entonces triunfal en el espacio, saludando gozoso al Redentor, en medio de la dicha augusta del monte y la floresta, donde todo sonríe al aproximarse el momento supremo de la liberación»…

Ampliando un poco más lo que venimos exponiendo, el Buda Maitreya, en el capítulo 17, titulado: “Bel y su revolución” del libro: «La Revolución de Bel«, explica lo siguiente:
“Todo en la vida es solo cuestión de costumbres. Un fornicario es un sujeto que acostumbró sus órganos genitales a cohabitar intensamente; pero si ese mismo sujeto cambia la costumbre de cohabitar por la costumbre de no cohabitar, entonces se transforma en un casto. Tenemos por ejemplo el caso asombroso de María Magdalena, la famosa prostituta; María Magdalena vino a ser la famosa Santa Magdalena, prostituta arrepentida. María Magdalena vino a ser la casta discípula del Cristo”.

Es en ese sentido que el Presidente fundador de las instituciones gnósticas de la actualidad, explica en su obra: «Rosa Ignea» lo siguiente: “Aunque parezca increíble, las Marías Magdalenas, están mas cerca de la iniciación, que muchas doncellas. Aunque se le haga raro al estudiante, a veces está más cerca de la iniciación aquel que todos señalan con el dedo y acusan, que aquel santurrón que sonríe dulcemente ante el auditorio de una logia o templo. Pablo de Tarso, fue un verdugo y un asesino antes del acontecimiento que le sobrevino en su camino a Damasco. La instantánea transformación de este hombre, sorprendió a los Santos de Jerusalén. El malvado se convirtió en Profeta. Este es el misterio del Bafometo”.

María Magdalena llena de amor por Jesús, representa el papel de Kundry adorando a Parsifal, a Isis como esposa de Osiris a Shakty, esposa de Siva y a todas las divinas parejas del mundo. América no es la excepción y en el culto azteca encontramos a Quetzalpetatl como hermana y pareja de Quetzalcoatl. En forma similar, algunos estudiosos afirman que Ixbalanqué o Xbalamque, no es el hermano, sino la hermana y pareja de Hunahpú (Junajpu) en el Popol Wuj de los quichés de Guatemala.

En este sentido en las notas a su versión del “Popol Wuj publicadas separadamente por Cholsamaj y F&G editores, Sam Colop asocia a Junajpu con el Sol y a Xbalamque con la Luna. En el Popol Wuj: Xbalmque reconstruye la cabeza de Junajpu después que fue decapitada por el dios murciélago: Camazotz y al final de este formidable mito Junajpu se convierte en el Sol e Xbalmque en la Luna.

María Magdalena es la pecadora arrepentida, la mujer tan indispensable para la gran Obra que nos aclara lo imposible que resulta para un hombre o para una mujer, el intentar la Auto Realización Íntima del Ser en la soledad, en ausencia de la pareja creadora. Del Paraíso salimos en pareja y en pareja deberemos de volver. El venerable maestro Samael, nos explica que: El varón necesita de una María Magdalena para trabajar en la Novena esfera y lograr la Resurrección. Ser salvado y salvar a Kundry, Magdalena, es algo grandioso. Gundrigia tentadora, Magdalena, Kundry, serás perfeccionada en todos los misterios de lo Alto, más que todos tus semejantes.

El entrañable amor de Magdalena por Jesús se sintetiza en dos momentos. El primero cuando Jesús es condenado a muerte, como lo explica el V.M. Samael en «Apuntes secretos de un Gurú«: Maria Magdalena se llenó de terror cuando oyó el silbido del foat y escuchó la palabra «tibo» «tibo» «tibo», que sentenciaba al Cristo a la tragedia del Gólgota. «Maria» estaba al pie de una muralla cuando escuchó con sus oídos espirituales la sentencia terrible. Es por eso que María Magdalena resplandece y resplandecerá terriblemente divina.

Asimismo en el momento inefable de la Resurrección, como lo explica el Cristo rojo de Acuario en su obra: “Las Siete palabras”: Durante esta santa Cuaresma, el iniciado no siendo un demonio, está rodeado de demonios. Por ello es que cuando María Magdalena, después de exclamar: «¡Rabboni, Rabboni!», quiso tocar al Maestro, dísele Cristo: «No me toques, porque aun no he subido a mi Padre; más ve a mis hermanos, y diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios» (Vers. 17, Cáp. XX, San Juan).

Así pues, Cristo le dijo a María Magdalena: «No me toques», porque el cuerpo astral del Maestro estaba rodeado de demonios. María Magdalena amaba entrañablemente al divino rabí de Galilea, y cuando ella, estando de pie, recostada sobre un muro, escuchó la palabra terrible «¡Tibo!, ¡Tibo, ¡Tibo!», que condenaba al Cristo a pasar por el acontecimiento del Gólgota, se llenó de indecible terror.”

Pistis Sophía

María Magdalena, calavera y crucifijo
María Magdalena, calavera y crucifijo

En el libro cumbre del Gnosticismo Universal, encontramos diversos pasajes que evidencian la elevada estatura iniciática de María Magdalena al recibir e interpretar las enseñanzas del Señor: En el capítulo 17, leemos: “Entonces cuando María oyó al Salvador decir estas palabras, se quedó mirando fijamente el espacio durante una hora. Y les dijo: Señor, permíteme hablar abiertamente. Y Jesús, compasivo, contestó a María: María, bendita eres, a quien perfeccioné en todos los misterios de lo alto, habla abiertamente porque tu corazón es elevado al reino de los cielos más que todos tus semejantes”.
En el capítulo 19, del Pistis Sophía, podemos leer: “Sucedió que cuando María había concluido diciendo estas palabras, Jesús dijo: Bien dicho María, porque tú eres bendita entre todas las mujeres de la tierra y porque serás la plenitud de todas las plenitudes y la perfección de todas las perfecciones”.

En dicho capítulo se lee: “Cuando María oyó al Salvador decir estas palabras, se impresionó grandemente y se acercó a Jesús, se postró ante él, veneró sus pies, y le dijo: Señor, escúchame, que deseo preguntarte sobre lo que has dicho, antes de hablarnos sobre las regiones donde has ido. Jesús le contestó a María diciendo: Habla con libertad y no temas, todas las cosas que tengas en duda, te las revelaré”

El maestro Samael explica que: “em>siempre Kundry se arroja a los pies de Parsifal para manifestar su amor y obediencia. El Jesús-Cristo íntimo revela a Magdalena los misterios.

En el capítulo 24 del Pistis Sophía leemos: “María, la honesta en su discurso y la bendita, fue hacia delante, cayó a los pies de Jesús y dijo: Mi Señor, permíteme hablar delante de ti y no te indigne que frecuentemente te moleste interrogándote. El Salvador, lleno de compasión, respondió diciendo a María: Habla lo que desees y yo me revelaré a ti abiertamente”.

Asimismo en el capítulo 25 del Pistis Sophía y ante una nueva pregunta: “Jesús respondió a María diciéndole: Bien dicho María, interrogas bien con tu excelente pregunta y arrojas luz en todas las cosas con segura precisión. Por tanto, desde ahora en adelante no te ocultaré nada, sino que te revelaré todas las cosas con seguridad y franqueza”.

Finalmente, en el capítulo 60 del Pistis Sophía, leemos: “María Magdalena interpreta el Misterio con el Salmo LXXXIV. María se adelantó de nuevo y dijo: «Mi Señor, comprendo lo que dices. En cuanto a la solución de estas palabras, tu luz profetizó anteriormente a través de David en el Salmo ochenta y cuatro, diciendo: -La Gracia y la Bondad se encontraron, y la Virtud y la Paz se buscaron una a otra. -La Verdad brotó de la tierra y la Virtud miró hacia abajo, desde el cielo.» Y a continuación da su interpretación de estas palabras y a lo cual, en el capítulo 61, el divino redentor del mundo le responde: “Y sucedió, cuando Jesús escuchó estas palabras, que dijo: «Bien hablado, María la bendita, que heredarás todo el reino de la luz.» En el capítulo 62. Jesús resucitado vuelve a llamar a María Magdalena: “heredera del Reino de la Luz

4 comentarios en “María Magdalena y la mujer símbolo”

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