Navidad y su fundamento astronómico
Hoy, que celebramos esta fiesta maravillosa de Navidad, es conveniente que estudiemos el profundo significado que se esconde detrás de la tradición y la celebración del nacimiento del redentor del mundo.
Ya hemos explicado que encerrado entre las Tradiciones de Navidad, hay mucho simbolismo y que el acontecimiento extraordinario del nacimiento de Cristo, puede y debe estudiarse desde diferentes puntos de vista, si es que se quiere comprenderlo plenamente.
Para entender todos los Símbolos de Navidad, ocultos en la tradición, es conveniente apoyarse en la Astronomía, en la religión comparada, en el pensamiento holístico, en la Alquimia, en la Cábala y en las claves esotéricas guardadas durante siglos por la Gnosis.
Los fundamentos astronómicos de las Tradiciones de Navidad explican que detrás del nacimiento del niño Jesús en Belén, se oculta el Mito Solar. La religión comparada y la comprensión de los principios religiosos universales, inherentes a todas las religiones antiguas amplían la explicación del Mito Solar y el acontecimiento de Navidad.
Por este motivo, el Kalki Avatar, Samael Aun Weor explica en su conferencia: “El verdadero significado de la Navidad”, lo siguiente: El Sol, cada año, realiza un viaje elíptico que comienza desde el 25 de diciembre en adelante. Luego regresa otra vez hacia el Polo Sur, hacia la zona donde está la Antártida. Por eso, precisamente, vale la pena que reflexionemos en su honda significación.
Por estos tiempos comienza el frío, aquí en el Norte, debido precisamente a que el Sol se está alejando hacia las regiones australes, y el 24 de diciembre el Sol habrá llegado al máximum, en su viaje hacia el Sur.
Si no fuera porque el Sol avanza hacia el Norte, desde el 25 de diciembre en adelante, moriríamos de frío, la Tierra entera se convertiría en una mole de hielo, y perecería, realmente, toda criatura, todo aquello que tenga vida. Así pues, bien vale la pena que reflexionemos en el acontecimiento de la Navidad.
El Cristo Sol debe avanzar para darnos su vida, y en el equinoccio de la primavera se crucifica en la Tierra; entonces madura la uva y el trigo. Y es precisamente en la primavera cuando debe el Señor pasar por su vida, pasión y muerte, para luego resucitar (la Semana Santa es en primavera).
El Sol físico no es más que un símbolo del Sol Espiritual, del Cristo Sol. Cuando los antiguos adoraban al Sol, cuando le rendían culto, no se referían propiamente al Sol físico. No, se le rendía culto al Sol Espiritual, al Sol de la media noche, al Cristo Sol.
Navidad y Semana Santa
De esta manera, el fundamento astronómico de la Navidad, asocia esta maravillosa fiesta con otro acontecimiento extraordinario en la vida del salvador del mundo: la Semana Santa. Ambos capítulos formidables de la vida del divino redentor, constituyen los dos actos más importantes del Drama Cósmico y se relacionan astronómicamente con el Solsticio de Invierno y el Equinoccio de Primavera.
En el Hemisferio Norte, Navidad, ocurre tres días después del 21 de diciembre, tres días después de la noche más larga, del Solsticio de Invierno. Semana Santa sucede siempre después del 21 de marzo. Por ello, afirmamos que la Semana Santa, es la tradición del Equinoccio de Primavera. La conmemoración de la más santa de las semanas, está definida por el primer plenilunio o la primera luna llena después del equinoccio de primavera. En el Hemisferio Norte, el equinoccio de Primavera, en los tiempos antiguos era esperado en diferentes pueblos del mundo el 21 de marzo.
El nacimiento del niño Sol y la conmemoración de la Semana Santa, en los tiempos antiguos, se representaba secretamente en los templos sagrados a fin de que mediante el drama, se transmitieran las verdades cósmicas a los iniciados. El propósito era de transmitir conocimientos desde el círculo consciente de la humanidad para orientar a neófitos e iniciados en el camino hacia su liberación final.
El niño Sol
Para mayor explicación de este asunto, en el capítulo titulado, precisamente: “El niño Sol” de su «Mensaje de Navidad, 1966-67«, el Avatara de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, explica lo siguiente: Hermanos míos: Observad el Astro Rey en su movimiento elíptico. El Sol se mueve de sur a norte y de norte a sur. Cuando el Sol avanza hacia el norte se celebra el nacimiento del Niño Sol. El nace el 24 de diciembre a la media noche ya para amanecer del veinticinco.
Si el Cristo sol no avanzara hacia el norte, la Tierra toda se convertiría en una gran mole de hielo y toda vida perecería, pero el Dios Sol avanza hacia el norte desde el veinticuatro de diciembre para animar y dar calor y vida a todas las criaturas.
El Niño sol nace el veinticuatro ya para amanecer del veinticinco de diciembre y se crucifica en el equinoccio de primavera para dar vida a todo lo que existe. Lo fijo de la fecha de su nacimiento y lo variable de su muerte tienen siempre en todas las teologías religiosas honda significación.
Débil y desvalido nace el Niño del Sol en este humilde pesebre del mundo y en una de esas noches muy largas del invierno, cuando los días son muy cortos en las regiones del norte. El signo de la Virgen celestial se eleva en el horizonte por la época de Navidad y así nace el Niño para salvar al mundo.
El Cristo sol durante la infancia se encuentra rodeado de peligros, y es a todas luces bien claro que el reino de las tinieblas es mucho más largo que el suyo en los primeros días, pero él vive a pesar de todos los terribles peligros que lo amenazan. Pasa el tiempo…, los días se prolongan cruelmente y llega el equinoccio de primavera, la Semana Santa, el momento de cruzar de un extremo a otro, el instante de la crucifixión del Señor en este nuestro mundo.
El Cristo sol se crucifica en nuestro planeta Tierra para dar vida a todo lo que existe. Después de su muerte resucita en toda la creación y madura entonces la uva y el grano. La Ley del Logos es el sacrificio. Este es el Drama cósmico que se repite de momento en momento en todo el espacio infinito, en todos los mundos, en todos los soles. Este es el Drama cósmico que se representa en todos los templos de Egipto, Grecia, India, México, etc. Este es el Drama cósmico que se representa en todos los templos de todos los mundos del espacio infinito.
El aspecto secundario de este gran drama corresponde con entera exactitud a todo individuo sagrado que mediante la revolución de la conciencia alcanza la Iniciación venusta y se convierte en héroe solar.
La leyenda de Krishna
Por ese mismo motivo, el gran esoterista francés Alphonse Louis Constant, el abate Constant, mejor conocido como Eliphas Levi, en el capítulo titulado: “La Obra Cristiana” de su obra: “El libro de los Esplendores”, afirma lo siguiente: El Evangelio que San Juan llama el Evangelio eterno, no es la historia de un hombre llamado Jesús, es la historia del Hijo de Dios, la leyenda del Verbo eterno. Las estrellas del cielo la escribieron antes del nacimiento de los hombres, y los magos ya la habían leído cuando vinieron a adorar la realidad viviente. Los jeroglíficos del Egipto están llenos. Isis amamantando a Horus, es dulce como la Virgen madre, y se corona también de estrellas con la Luna bajo sus pies. Los sabios de la India adoran a Devaki presentando su casto pecho a Krishna. y también han escrito su evangelio. La historia de Krishna y la de Cristo parecen calcadas.
El mismo Levi, en la obra citada dedica un capítulo entero a la “Leyenda de Krishna” y narra como el alma de la Tierra se quejó ante Brahma de la impiedad de la raza de los gigantes. Entonces Brahma ordenó que Visnú se encarnara en Krishna y se hiciera hombre. Al enterarse Kansa, rey de Madura, que la hermosa Devaki esposa de Vassudeva, daría al mundo un niño que reinaría algún día en su puesto, resolvió matar al niño tan pronto como Devaki llegase a ser madre.
Sin embargo, llegado el tiempo, Visnú iluminó a Vassudeva con su luz, y ésta reflejó y concentró esta luz en el casto seno de Devaki.
Devaki llegó, pues, a estar encinta de una manera completamente celestial y sin las obras ordinarias del hombre. Kansa entonces, la hizo aprisionar, pero cuando llegó la hora del nacimiento de Khrisna, se abrió la prisión, por sí misma y el Niño-Dios fue transportado al establo de Nanden, en medio de los pastores. Brahma, Shiva y los demás dioses acudieron a adorarle en aquel humilde asilo, y le cubrieron de flores. Los ángeles Gueadaruver cantaban, danzaban y hacían oír conciertos con los más melodiosos instrumentos. Todas las estrellas y los planetas tenían un aspecto feliz.
Los dioses solares
En forma similar, la leyenda del dios Mitra de Persia e India, tiene un enorme paralelismo con la vida de Jesús de Nazaret. Para los persas, Mitra era el dios de la luz solar. Para los hindúes, Mitra es un dios del Sol. Según el mitraísmo, el dios Mitra, nace en el amanecer del 25 de diciembre, cuando un rayo de sol cae sobre una roca, cerca de un manantial sagrado, bajo el árbol sagrado. Fue adorado por magos y pastores
En los misterios egipcios, Osiris es el hermano menor de Seth, pero recibe de Ra el trono de Egipto. Esto irrita a su hermano y busca venganza y recuperar el trono porque la profecía anuncia que de entre la descendencia de uno de ellos, surgiría el definitivo heredero del reino. Osiris, muere a manos de su hermano Seth y sus demonios rojos. Osiris es desmembrado en 14 pedazos que se desparraman por todo Egipto. Al enterarse Isis, su esposa, decide buscar el cadáver de su difunto esposo y juntar todos sus miembros a fin de resucitarlo. Con ayuda de Thot, logra su resurrección y concibe a Horus que vengará el asesinato.
Al nacer Horus, Isis logra ocultar entre los pantanos al niño y alejarlo de la ira de su tío. Seth, capturó a Isis, pero esta, logra escapar con ayuda de Thot y otros dioses y vuelve a los pantanos para rescatar a Horus. Encuentra a su hijo enfermo, víctima de la picadura de un escorpión y nuevamente con la ayuda de Thot, logra salvar al niño. Horus en secreto es educado y preparado para recuperar el trono de Egipto.
Horus, en la iconografía egipcia, muchas veces era representado como un disco solar con alas desplegadas de halcón. En los misterios grecolatinos, se asocia con el dios Febo o Apolo, el dios de la luz y del sol. También es el dios del tiro con arco que tiene un significado oculto.
En la mitología clásica: Apolo nace de Leto, hija del titán Coeo y Febe. Zeus se enamoró de Leto y la persiguió convirtiéndola a ella y a él mismo en codornices. Al enterarse Hera, “envió a la serpiente Pitón a perseguir a Leto por todo el mundo. También estableció que no había de dar a luz en ninguna región donde luciera el sol…”
“Nacido Apolo lo alimentó Temis con néctar y ambrosía. Al cuarto día de su nacimiento ya pidió arco y flechas, que Efesto se apresuró a proporcionarle. Salido de Delos, se encaminó al Parnaso y buscó a la serpiente Pitón, que era perseguidora de Leto. La hirió con sus flechas y ella huyó al oráculo de la Madre Tierra en Delfos. Llegó Apolo hasta allá y la mató”. (Tomado de Mitología griega de Angel Ma. Garibay, publicado por Editorial Porrúa, México. 2000).
Dioses solares de América
La leyenda del dios arquero del sol, puede conducirnos a América, en donde se cuenta la leyenda del dios azteca Huitzilopochtli, el dios colibrí . En Wikipedia, se encuentra la bella leyenda del nacimiento del dios sol de los mexicas: “Según la leyenda, Huitzilopochtli nació de Coatlicue, la Madre Tierra, quien quedó preñada con una bola de plumas o algodón azulino que cayó del cielo mientras barría los templos de la sierra de Tollan. Sus 400 hermanos al notar el embarazo de su madre y a instancias de su hermana Coyolxauhqui, decidieron ejecutar al hijo al nacer para ocultar la supuesta deshonra, pero Huitzilopochtli nació y mató a la mayoría. Tomo a la serpiente de fuego xiuhcoatl entre sus manos y le dio forma de hacha y venció y mató a Coyolxauhqui con una enorme facilidad, quien quedó desmembrada al caer por las laderas de los cerros. Huitzilopochtli tomó la cabeza de su hermana y la arrojó al cielo, con lo que se convirtió en la Luna, siendo Huitzilopochtli el Sol”.
Estuardo Guzmán, en su obra El Tchod, explica a la luz de la Antropología Gnóstica, el profundo significado solar que se encierra detrás del mito del nacimiento de Huitzilopochtli, quien con su arco y sus rayos solares, vence a los cuatrocientos surianos, equivalentes también de los cuatrocientos muchachos del Popol Vuj, así como a la Coyolxauhqui, de quien se encuentra su monumento en el museo del Templo Mayor de Tenochtitlan, en México, D.F. En dicho monolito, aparece la Coyolxauhqui, partida en cuatro pedazos, en clara alusión a las cuatro fases de la Luna.
En forma similar, Arturo Meza Gutiérrez, en el capítulo titulado: “La flor hermosa y el hijo del sol”, de su obra: «Mosaico de Turquesas«, publicada por Ediciones artesanales Malinalli , México, 1994, hace el formidable análisis de religión comparada, sincretismo y principios religiosos: Junto con la esencia y la hermosura aparece en el escenario de la vida el Señor niño, Pilzinteotl, Piltzintecuhtli. Otro de sus nombres es el de Teopiltzin, y su presencia es justificada de dos maneras, se dice de él que es el primer hijo de Cipactonal y Oxomoco. Aunque en la mayoría de las leyendas se relata que es hijo de Quetzalcoatl-Tonatiuh, el que nos da el calor de vida.
Más adelante, Meza Gutiérrez, cita al cronista Fray Antonio Tello, quien relaciona a Piltzintecuhtli con Tonatiuh: “este dios niño tenía también el nombre de cuauhtehuanitl, que quiere decir águila que sube”. Según Meza: el águila que se eleva es el Sol que asciende por el oriente en su diaria jornada, concepto muy similar al del colibrí sureño del altiplano llamado Huitzilopochtli desde los antiguos toltecas, donde el colibrí va transformándose en diferentes aves hasta alcanzar la plenitud del´águila esplendente.
Meza, sigue con su formidable análisis y cita a Gutierre Tibón, quien dice: “Es difícil no establecer un paralelismo entre Piltzintecuhtli y el Niño Dios de los cristianos”. Meza continúa su análisis explicando que: fue muy fácil encontrar en piltzintecuhtli la representación del Niño Dios, ya que al fin de cuentas, el nacimiento de Jesús en un verano en las tierras de Judea, fue trasladado, por el interés de la naciente Iglesia cristiana al Solsticio e Invierno, para que simbolizara también el nacimiento de un Sol nuevo, como lo fueron los guías y avatares en la mayoría de filosfías del hemisferio Norte en Asia y en Europa; el Niño Dios cristiano está representando al Sol naciente tal como se ve en las custodias de los altares en templos católicos y si Piltzintecuhtli es el Sol niño, o el Sol naciente como Huitzilopochtli o el Hijo del sol como en otras leyendas, fue fácilmente sustituido este concepto natural por el Niño Dios cristiano, sin mayor problema.
Es claro que, que el sincretismo va más allá de la simple sustitución de fechas y de nombres. Los estudios gnósticos, explican claramente que todas las religiones antiguas tienden los mismos principios y que solo difieren en las formas cambiantes, según la época, la región geográfica, los hechos heroicos e históricos de cada pueblo y su propia cultura.
Inmaculadas concepciones en el Popol Vuj
En América y más específicamente en Guatemala, en el Popol Vuj de los quichés, se encuentra la leyenda de la divina concepción de los cuatro hombres de maíz. Se dice que la abuela Ixmucané dio nueve molidas a la masa de maíz blanco y amarillo. Con esta masa formó el cuerpo de los primeros cuatro hombres de maíz.
El esoterismo gnóstico enseña que el maíz, tiene los mismos atributos sagrados del trigo en el Mediterráneo y del arroz en el extremo Oriente. Los granos blancos y amarillos de esta semilla sagrada representan, el nombre oculto de Sara, la esposa del Patriarca Abraham, a la energía creadora, al Ens seminis, a las fuerzas lunares y solares, que combinadas sabiamente, son indispensables para el nacimiento de Cristo.
En el Popol Vuj, se narra también la leyenda de la muerte de Jun Junajpú y Wuqub Junajpú por los señores de Xibalbá. La leyenda cuenta cómo quedaron sus cabezas en las ramas del árbol de Jícara o de morro, un árbol que no daba fruto, pero al instante empezó a dar frutos. Una doncella de Xibalbá, escuchó la leyenda del árbol de jícara, decidió ir a conocerlo y al llegar quedó en cinta.
“Cuando lo escuchó una doncella hija de uno de los Señores, Cuchuma Kik’ se llamaba este Señor e Ixkik’, se llamaba la doncella. Cuando escuchó lo que se decía del fruto de aquel árbol, cuando se lo relató su propio padre quedó maravillada de cuanto se le contaba. -¿Será bueno ir a ver el árbol del que hablan? De verdad es fragante, según dicen según escucho, dijo entonces. En sequida se fue ella sola, llegó al pie donde el árbol estaba sembrado, en Pusbal Chaaj estaba plantado”.
“-¡Ah! ¿Qué clase de frruto será éste? ¿Será dulce el fruto de este árbol? No he de morir, no he de desaparecer si corto uno de sus frutos, dijo la doncella. De pronto habló la calavera que estaba entre las ramas del árbol: -¿Qué es lo que deseas de lo que son solo huesos, los objetos redondeados en las ramas de los árboles? Dijo después la cabeza de Jun Junahpu cuando le habló a la doncella. -¿Los deseas? Agregó. -¡Si, los deseo! Contestó la doncella. -¡Está bien! Extiende tu mano derecha, ya yo la vea, dijo la calavera. -¡Sí! Respondió la doncella, extendiendo su mano derecha hacia la calavera. En ese instante la calavera lanzó un chisguete de saliva que vino a dar directamente en la palma de la mano de la doncella. Cuando ella vio la palma de su mano que examinó de inmediato ya no había saliva de la calavera en su mano”.
Más adelante, se lee en el Popol Vuj, que: “de inmediato fueron concebidos los hijos en su vientre por la sola virtud de la saliva y así fueron engendrados Junahjpu e X’balamke”. (tomado de la versión de Sam Colop, Editorial Cholsamaj, Guatemala, 2008).
La virgen, madre del Salvador
Es indudable que el nacimiento del niño Sol, del niño dios de Belén y de todos los dioses solares, hay grandes similitudes y concordancias que tienen una honda explicación esotérica, alquimista y cabalista. Asociado a la inmaculada concepción y nacimiento sobrenatural del héroe solar, aparece invariablemente el culto a la Madre Divina, representada en el cristianismo por la Virgen María y en todas las antiguas religiones, por las diosas madres de todas las civilizaciones antiguas.
Por ese motivo, Shahrukh Husain, en el capítulo titulado: “La Virgen, la madre y la vieja”, página 108 de su obra: “La diosa”, publicada en español por Evergreen/Taschen, Singapur, 2006; explica lo siguiente: en la mitología de diversas culturas y en el pensamiento feminista pagano de nuestra época, la diosa representa tres fases de al vida de la mujer que se corresponde con el ciclo lunar: la luna nueva es la virgen; la llena, la mujer sexualmente productiva que suele describirse como madre o prostituta, y la menguante, la vieja. Sus adoradores han dado el título de diosa triple a esta manifestación de la divinidad.
Shahrukh Husain, explica además, en la página 120 de la obra citada, lo siguiente: “en los mitos más antiguos que perduran, procedentes de Oriente Próximo, la importancia de la función procreadora de la diosa suele estar relacionada con el nacimiento del hijo que llega al mundo como salvador y que libera a la humanidad del exterminio porque garantiza el retorno de las cosechas estacionales”.
Más adelante, expone lo siguiente: El moderno occidente suele aceptar sin discusión la idea de que la partenogénesis –o nacimiento virginal- se limita a la fe cristiana. En realidad, el origen de este mito es antiguo e incluso podría remontarse a la prehistoria. La narración más habitual sostiene que la virgen (parthenos) concibe, casi siempre sin conocer la identidad divina del padre. El niño crece, se convierte en salvador del pueblo, lo asesinan (generalmente en la flor de la vida y luego resucita. La virgen es separada de su hijo semividino en una etapa muy temprana, probablemente para que no lo influya y sea libre de recibir la huella exclusiva su sagrado padre y cumplir su voluntad.
El autor, completa su análisis explicando que: en muchas mitologías de todo el mundo el hijo muerto y renacido se convierte en figura solar. Se dice que el irlandés san Patricio denominó a Jesús el perfecto Cristo solar.
Por esta razón explica el Buda Maitreya que: El Espíritu Santo fecundó a la Gran Madre y nació el Cristo. El segundo Logos es siempre hijo de la Virgen Madre. Ella es siempre virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Ella es María, Isis, Adonia, Isoberta, Rea, Cibeles, etc. Ella es el caos primitivo, la Sustancia Primordial, la Materia Prima de la Gran Obra.
El Cristo Cósmico es el ejército de la Gran Palabra y nace siempre en los mundos y es crucificado en cada uno de ellos para que todos los seres tengan vida y la tengan en abundancia
Feliz Navidad