La palabra «Antropología» surge de la unión de los términos griegos Anthropos (Hombre) y de Logos (Tratado, Ciencia, Estudio), por lo tanto designa al estudio del hombre,
Arthur Warman dice: “La Antropología estudia muchas cosas y tiene muchas definiciones, sin embargo, los antropólogos están de acuerdo en señalar que dentro de esta disciplina existen dos grandes ramas: Antropología física y Antropología cultural”.
La Antropología física estudia al ser humano como “animal”, es decir, el Homo Erectus y Homo Sapiens. Son sus ramas: la Antropometría, la Genética, la Paleontología, la Herencia (Biotipología), la Evolución de la humanidad, la Estatigrafía, la Geología, etc.
Su método de investigación es el comparativo. Sus dataciones se basan en las reacciones químicas del Uranio-Plomo, Carbono radioactivo o Carbono 14, Flúor-Nitrógeno, Potasio-Argón. Sus temas de estudio son: teorías acerca del origen de la vida, teorías respecto de la evolución humana, la escala del tiempo geológico, las etnias humanas desde el punto de vista de la Antropometría.
La Antropología cultural estudia a la especie humana como Homo Sapiens Sapiens, su conducta social. Son sus ramas: la Etnografía, la Arqueología, la Lingüística, el Arte y la Literatura, la Religión y la Magia, la Antropología Social.
En su método de investigación y datación utiliza algunos aspectos de la Antropología Física, más los que le son propios.
Sus temas de estudio: el ser humano y la cultura, la religión y la magia, el arte, el lenguaje y cultura en la sociedad, la cultura prehistórica del Nuevo y del Viejo Mundo, la familia, el parentezco, el matrimonio, las sociedades: cooperación y conflicto, etc.
Las dos grandes ramas de la Antropología antes descritas, es decir, la Antropología Física y la Cultural, estudian al ser humano solo desde la tridimensionalidad del espacio (largo, ancho y alto) desconociendo (hasta hace poco) la Multidimensionalidad del Universo. Toman en cuenta, solamente, la Ley de Evolución, desconociendo a su hermana gemela: la Ley de Involución, y negando, en general, la existencia de los principios ordenadores inteligentes de la Naturaleza.
Por su parte, la Antropología Gnóstica estudia al ser humano, no sólo desde el punto de vista de lo que es, sino también desde el punto de lo que puede llegar a ser.
Son sus ramas: la Psicología Gnóstica, la Alquimia develada, el Arte regio de las antiguas culturas, la Filosofía hermética, la Anatomía oculta con su ultra Patología y su ultra Fisiología, la Semiótica o simbolismo trascendental, la Cábala y la Numerología viviente, las Matematicas transfinitas, la Cosmogénesis y la Antropogénesis, la Psico-Astrología, el Magnun Regnun, la ciencia de la meditación, la Medicina oculta, las tradiciones esotéricas, el religare de la Mística trascendental y mucho más.
Su método es el de la experiencia directa a través de la activación y despertar de la conciencia para poder penetrar y estudiar el objeto desconocido por el sujeto cognoscente, es decir la conciencia despierta.
Sus temas de estudio: el origen de la vida (Mahanvantaras y Pralayas). El origen del ser humano, la leyes de Evolución e Involución, escala del Tiempo Geológico, pero desde el punto de vista de los archivos akáshicos de la Naturaleza. Asimismo las razas humanas y la Etnografía, es decir la Antropogénesis y la Cosmogésis. La Arqueología y Epigrafía con el estudio esotérico de templos, pirámides, palacios, códices, textos míticos y sagrados, su simbología, etc). Incluye el estudio de. la Lingüística y Filología desde el punto de vista del lenguaje universal y mántrico. la religión comparada, el re-ligar, encarnar la verdad, la magia (cómo operar conscientemente sobre el mundo interior y exterior, los estados jinas, elementoterapia, dominio de las fuerzas naturales, prodigios, etc.), También se incluye la Antropología Social, la psicología del ser humano, el mundo de relaciones, y mucho más.
La Antropología Gnóstica sí toma en cuenta la multidimensionalidad del espacio, no atribuye aspectos evolutivos a los involutivos, ni viceversa, y jamás negaría los principios ordenadores inteligentes de la Naturaleza.
Pero veamos por qué se le atribuye, a esta Antropología, el adjetivo de Gnóstica.
La palabra griega «gnosis», es usualmente traducida como «conocimiento». Sin embargo, Elaine Pagels, antropóloga formada en las universidades de Harvard y de Stanford; actualmente profesora de religión de la Universidad de Princeton, aclara que este término no se refiere a un conocimiento ordinario. Es decir, que no es adquirido a través de libros o razonamientos filosóficos, o acumulación de datos en la memoria, sino por la observación y la experiencia directa. En la práctica, esto equivale a una penetración o intuición de la realidad, más allá del intelecto, o sea, la penetración del objeto a conocer, por el sujeto que quiere conocer con su propia conciencia.
Como ejemplo ilustrativo, preguntémonos: ¿cómo se conocería mejor a una persona, por su biografía o auto-biografía, o conviviendo con ella? En la lógica respuesta y en la frase popular: Si quieres conocer realmente a Andrés, vive con él un mes… hallaremos la clave de este asunto.
¡Claro que se conocería mejor en la convivencia, en la experiencia directa! Y por eso aunque al principio este conocimiento se estudie intelectualmente, luego necesita de la experimentación en la vida práctica, porque de otro modo, este conocimiento o mejor dijéramos: sabiduría, se torna intransmisible.
El conocimiento real o sabiduría universal no es transmisible, sino vivencial. Ahora podemos entender por qué cuando a los grandes maestros Jesús y Buda se les preguntó: ¿qué es la verdad? Uno se quedó callado y el otro dio la espalda y se fue.
Por esta razón en el Gnosticismo no hay dogmas que se instalen en la conciencia de los creyentes. Es más, no alentamos a creyentes ni seguidores inconscientes, pedimos a nuestros escuchas o lectores, que no nos acepten de plano, pero que tampoco rechacen a priori nuestras afirmaciones, sino que las investiguen, las experimenten y las comprueben.
Quizás, un ejemplo que puede ilustrar un poco más esto, es el que citamos a continuación: si yo no he probado nunca el plátano y comienzo a preguntar acerca de cuál es su sabor, ninguna respuesta, por simple o complicada que parezca me podrá dar el conocimiento real de su sabor. Si quiero saberlo realmente, debo comerlo, masticarlo, degustarlo y de esa simbiosis del sujeto que quiere conocer con el objeto que debe ser conocido, surge el verdadero conocimiento.
Igualmente la Gnosis, el conocimiento real y verdadero surgirá de la interacción quien busca el conocimiento con lo que se quiere conocer. Al trasladar esto a los asuntos metafísicos o espirituales, implica la experiencia de la realidad suprasensible de manera directa, no por lo que se diga o se deje de decir, o a través de especulaciones filosóficas. Esta es la idea de la revelación o iluminación, los Intuitos del filósofo alemán Immanuel Kant.
A este respecto dicen eruditos de la Universidad de La Sorbona, en París: La Gnosis es un fenómeno que ocurre dentro del hombre, una sabiduría trascendental que ocasiona profundos cambios en el individuo.
Por su parte, Hans Leisegang afirma: La Gnosis es el conocimiento del camino hacia lo alto y los medios a emplear para seguirlo. Pero el hombre sólo puede llegar a ello si advierte que él mismo es, en pequeño, el mundo entero; el hombre es un microcosmos, en donde aparecen todos los poderes y sustancias del macrocosmos; se compone de materia, pero contiene también el logos, el espíritu viviente que reina sobre las regiones superiores del cosmos.
Y en su libro «El secreto de la flor de oro», Richard Wilheim y Carl G. Jung, escriben: Tenemos en la masa anónima un Movimiento Gnóstico que psicológicamente corresponde, de manera exacta al de hace 1900 años. Entonces, al igual que hoy, peregrinos solitarios, como el gran Apolonio, tienden los hilos espirituales desde Europa hasta Asia, quizás hasta la India lejana.
Los dogmas ortodoxos dicen que: fe es la creencia en lo que no vemos y se acepta por dogma, sin indagar, sin inquirir, sin investigar, por qué no se puede escudriñar a Dios. Aceptan sin verificación alguna.
Pero con esa actitud y esa afirmación, se contradicen a sí mismos, puesto que la misma Biblia, en Hebreos 11:1 dice: Es pues, la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. Y añade, en 1ª Corintios 2: 7-16: Mas hablamos de sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de las siglos para nuestra gloria.
La que ninguna de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de Gloria.
Antes, como está escrito: «Cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman”.
Empero, Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
Así tampoco, nadie conoció las cosas de Dios sino el espíritu de Dios.
Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado.
Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con la doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Más el jombre animal no percibe las cosas que son del espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede entender porque se han de examinar espiritualmente.
Empero el hombre espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie.
Si quieres profundizar en el tema, te proponemos lleer: Antropología Gnóstica (parte II).
Colaboración de César Owen
España
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